- Acaba de debutar este fin de semana en el Teatro Real de Madrid dando vida a Liù en la ópera Turandot de Puccini, el mismo papel que a principios de otoño le impidió volver a Gasteiz para encontrarse con el público de la capital alavesa puesto que estaba actuando en el Palau de les Arts de Valencia. “Llevo años trabajando por esto y, poco a poco, voy viendo los frutos, cómo van llegando contratos más importantes. La verdad es que estoy muy contenta”, explica la soprano antes de actuar hoy en el Conservatorio Jesús Guridi junto al pianista Rubén Fernández Aguirre para presentar su disco Ametsetan.
Lo cierto es que el recital, que comenzará a las 19.30 horas, va a ser muy especial por diferentes motivos. Para empezar, en lo personal, porque Urbieta-Vega desarrolla su faz pedagógica en el centro, aunque ahora se encuentre de excedencia. No queda ahí la cosa. Fernández Aguirre inició también aquí sus estudios musicales. Con todo, más allá de ese guiño sentimental, el protagonismo de la velada estará en la puesta de largo de Ametsetan, un álbum que viene a poner la guinda a un proyecto que ambos están desarrollando desde hace años.
Con la idea de poner en valor composiciones del repertorio vasco que están fuera “de lo típico” o que no han sido “grabadas o no demasiado”, soprano y pianista llevan casi un lustro haciendo una recopilación de piezas que han interpretado en directo y que, además, han llevado al estudio -de hecho, aunque el disco sale ahora, se grabó hace un año-. El resultado recoge, por ejemplo, los Siete lieder sobre textos de Heine del donostiarra Pablo Sorozábal y ocho de las canciones populares del alavés Jesús Guridi, de donde nacieron las emblemáticas Diez melodías vascas. También se incluyen cuatro canciones del compositor bilbaíno Andrés Isasi y otras cuatro obras del pianista navarro Félix Lavilla. Todo ello se completa con otras cuatro melodías armonizadas por el pianista y compositor Manuel García Morante, así como por Tres nombres de mujer de Antón García Abril, donde la poesía de varios autores vascos pide paso.
“Es un disco muy especial por la variedad del repertorio y de los compositores”, apunta la intérprete. En el caso de la capital alavesa, no se interpretará todo el repertorio, sino que se ha hecho una selección. “Haremos primero una presentación, una charla, con el público”, un encuentro de ida y vuelta que se acompasará con la interpretación de una o dos composiciones de los autores mencionados, salvo en un caso. “Por supuesto, como un guiño a Vitoria y al conservatorio, de Guridi tocaremos todo lo que está en el disco”, un álbum con el que, por cierto, el próximo día 10 también estarán en el Arriaga bilbaíno.
Son presentaciones que hay que ir compaginando con el trabajo a lo largo de este mes en el Real y otros compromisos. “Es verdad que ahora estoy en otras cosas, pero estas canciones las llevamos interpretando desde hace cinco años, es decir, es un repertorio que conocemos muy bien y que está muy rodado. Son canciones a las que siempre vuelvo muy cómoda, en las que me siento muy a gusto. Estoy segura de que va a ser bonito cambiar el chip”, comenta la soprano, que no descarta poder afrontar un segundo álbum en el futuro, más allá de que en estos momentos ni ella ni su compañero tengan planes cerrados al respecto. “Sería fantástico darle una continuidad a todo esto. Es una labor con respecto al repertorio vasco que tenemos que hacer y que a nosotros nos gusta. Nos llama el hecho de buscar melodías que no se hagan tanto para traerlas a primer plano y que la gente pueda conocer ese repertorio. Bueno, el público y también otros artistas puesto que esas canciones están ahí, para cualquiera”. Con todo, Urbieta-Vega sabe que “un proyecto de estos requiere tiempo, apoyo económico y que muchas cosas se alíen”. A la espera de que eso suceda, lo más inmediato se llama Ametsetan.