- Para hablar del pasado de Argentina y de unos hechos que siguen siendo “muy dolorosos” para mucha gente en su país, Pablo Trapero utiliza la narración en presente de La Quietud. El filme, que realiza un homenaje “silencioso, no tan evidente”, dijo el director, al surrealismo de la última etapa de Luis Buñuel, fue un desafío que nació por las ganas que Trapero tenía de rodar una película en el campo argentino y que aceptaron Martina Gusman, Bérénice Bejo, Edgar Ramírez, Joaquín Furriel y Graciela Borges, que dan vida a la historia de la relación de dos hermanas en una familia llena de secretos del pasado. Así, esta película fue bien recibida ayer en el 75 Festival Internacional de Cine de Venecia, donde se presenta fuera de competición.

Tres años después de ganar el León de Plata a la mejor dirección por El clan, Trapero vuelve a la ciudad italiana con el filme “vinculado con el pasado doloroso de Argentina, que también es algo que se cuenta en El clan”, explicó. En la película, las dos protagonistas no tienen conciencia de dónde vienen, por lo que “era una buena oportunidad para narrar un lado que nunca se había contado en el cine”, explicó. “Quizás en algún momento haga algo más específico, pero me gustaba ver cómo, a pesar de los años pasados y de que es algo que esperemos nunca más se vuelva a repetir, los hechos nos sigue impactando, sigue estando presente en nuestra vida cotidiana”, precisó. - Efe