La Red de Teatros de Gasteiz arranca este sábado con su programación invierno-primavera, que hasta ayer se encontraba desarrollando la venta de abonos en sus distintas modalidades y que hoy procede al día de compra anticipada de entradas sueltas. En esa taquilla (tanto la física como la virtual) también se encuentra Óxido, la nueva producción de la compañía gasteiztarra Pez Limbo, que se estrenará en el Principal los días 6 y 7 de febrero (la primera jornada en euskera y la segunda en castellano) con sesiones tanto a las 20.00 como a las 21.30 horas. Habrá que estar atentos a los pases, eso sí, puesto que en cada representación el aforo máximo será de 80 personas.
Ese límite de plazas viene motivado porque el espectáculo, aunque responde a una misma motivación, está compuesto por tres piezas de unos 20 minutos cada una que se desarrollarán en tres lugares distintos del edificio de la calle San Prudencio. De hecho, para facilitar los tránsitos y el contacto con el público -que no será invitado a tomar parte de la acción pero que sí se sentirá parte de la misma-, cada grupo será dividido por la mitad en dos de las tres partes para juntarse de nuevo en la última.
En estas tres historias, los asistentes se encontrarán con personajes con una “curiosa manera de afrontar la existencia”, protagonistas de “situaciones grotescas” que “sacan a relucir el óxido en las relaciones humanas” y de la sociedad actual. Todo ello relatado sirviéndose del humor “corrosivo” y de la acidez para abrir una puerta a la reflexión y “plantar cara al absurdo de la vida”. “Es una propuesta sencilla al tiempo que profunda”, explica Edu Hernando sobre un montaje al que darán vida Begoña Martín Treviño y Raúl Camino junto Ainhoa Alberdi y Aitor Pérez, quienes se han sumado al camino del grupo en esta producción para poder afrontar el número de personajes necesarios y también el hecho de llevar a cabo la primera obra en euskera de la compañía gasteiztarra.
En este sentido, la formación se toma este nuevo camino abierto como un reto ilusionante. “Como actor -explica, por ejemplo, Camino- poder emocionarme en euskera está siendo un regalazo”, aunque suponga también un esfuerzo añadido a la labor escénica. “Lo que nos estamos encontrando son muchos matices diferentes tanto en la versión en euskera como en la de castellano, distintas inflexiones”, completa Martín Treviño. “Me parece emocionante que haya personas que no son euskaldunes y que hagan una apuesta de este tipo”, asume Alberdi, quien reconoce que entrar desde fuera en la dinámica de Pez Limbo ha sido “un proceso bonito y cañero”.
Con todo, ahora es el momento del público. Del de Gasteiz y del de otros 15 puntos de Euskal Herria, puesto que hasta mayo el grupo ya tiene cerradas otras tantas actuaciones en escenarios de la red Sarea, una gira en la que han contado con el apoyo “fundamental” de la Red de Teatros de Gasteiz. De esta forma, el proyecto entra en su fase definitiva tras dos años de camino, una senda que también ha pasado por una residencia artística en Iparralde.