Vitoria - Son obras “mañaneras” según explica su creador. Lo dice porque es ese momento del día el elegido para fijar cada una de las imágenes que termina pintando, esos instantes en los que la luz, y también la sombra, juega con la arquitectura de las ciudades y lugares que capta. No están en el Museo de los Forales todas los que son. Ni mucho menos. Pero Luis Zuazo ofrece al espectador una selección de esa mirada a rincones, edificios, lugares y paisajes conocidos, como dice el título genérico de la exposición, en Mis viajes.
En total son 14 las acuarelas que componen la propuesta, a lo que se suma un óleo que nada tiene que ver con la idea temática general, pero que el autor y el museo han querido incluir puesto que fue una pintura donada por Zuazo a la Cofradía de la Virgen Blanca en 1990. Es más, el creador aclara que de venderse alguna de las piezas, el dinero irá al sostenimiento del espacio que le acoge hasta el próximo 16 de diciembre.
Ciudades europeas como Ámsterdam, Copenhague, Viena, Budapest y Angulema aparecen ante el espectador en un recorrido en el que el pintor destaca, por ejemplo, el caso de Berlín, un descubrimiento por esa mezcla de arquitectura contemporánea y propia de mediados del siglo pasado generada a partir de la II Guerra Mundial. “Son lugares a los que, si puedo, vuelvo porque siempre encuentro un rincón diferente”. También, eso sí, el público podrá acudir a Marruecos, Argentina o México a lo largo de una muestra en la que se recogen creaciones llevadas a cabo desde la década de los 80 hasta la actualidad. “Noto el paso del tiempo y la evolución en lo que hago. Lo que no sé es si el espectador lo percibirá” dice con una sonrisa Zuazo, al tiempo que remarca que “cada uno verá cómo interpreta los cuadros y los siente”.
Lo que sí quiere es que quienes acudan estas semanas hasta el Museo de los Faroles “antes de nada, tengan una impresión grata a la vista”. A partir de ahí, “tanto en estas obras como en otras, también cuando he utilizado la abstracción, me interesa que se vea que hay un planteamiento de dibujo. Es algo a lo que le doy mucha importancia. Igual que al color, que viene después”.
En el próximo viaje volverá, seguro, a llevar su caja portátil de acuarelas. “Si puedo pintar en el momento, aunque tenga que terminar en el hotel, lo hago”. En caso contrario, se toman apuntes, tal vez se hace una fotografía y se espera a estar en el estudio.