sitges - El realizador Sadrac González-Perellón presentó ayer en el Festival de Sitges el largometraje Black Hollow Cage, una cinta de ciencia ficción en la que juega con el tiempo para hablar sobre la pérdida y el deseo de volver al pasado para cambiar lo que nos hizo daño. “Mi tema es la pérdida, hablar de la redención, hablar de venganza, de historias de padres e hijos. Lo bueno es hablar de los grandes temas y envolverlos en ciencia ficción”, consideró el director madrileño en una rueda de prensa a la que compareció con tres de los protagonistas, Lowena McDonell, Haydee Lysander y Julian Nicholson.
Es el tercer largometraje de este premiado cortometrajista, que en 2005 debutó con Mr. Long-Neck, ganadora en el Festival Alcine, al que “encantan” los viajes en el tiempo. “Me gusta poder estructurar una película donde varíen el espacio y el tiempo ya que te permite repetir, mostrar versiones diferentes de una misma secuencia. Al final -consideró Sadrac- lo que haces es transmitir al espectador una sensación de espacialidad, de emoción de los personajes”. La película, que ocurre en un futuro indeterminado, es un bucle temporal sin fin donde los momentos cruciales de la vida de un padre y una hija -momentos en los que ambos mueren y matan-, se repiten según su deseo.
Ellos viven solos en una casa integrada en la naturaleza, dentro de un bosque, del que un día salen un niño y una mujer, su hermana, a quien su novio ha dado una paliza tremenda; el padre los recoge y los atiende en la casa. Con esa premisa, Black Hollow Cage es también un drama familiar donde Sadrac utiliza recursos tan sorprendentes como convertir al perro de la hija en Beatrice, la madre de la familia, como remedio contra la ausencia, con quien la niña se comunica a través de un altavoz colgado al cuello del animal. “La perra simboliza la pérdida, la sustitución de la persona perdida. Cuando el dolor es tan grande, qué fantástico sería que se pudiera reencarnar en un animal próximo”.
Sadrac cree que su cinta no puede ser recibida como un término medio, “o gusta mucho o la odias”, indicó. La cinta, que llegará a las salas españolas en enero de 2018, ha sido vendida en China, Japón y Corea, y posteriormente se proyectará en Reino Unido, Alemania y Estados Unidos. - Efe