- Rebordinos hizo balance con este medio de la última edición del Zinemaldia, desde la película ganadora de la Concha de Oro, The Disaster Artist, de James Franco, basada en el rodaje de la película The Room, considerada la peor película de la historia; hasta del futuro del festival y de sus retos de futuro.
Tommy Wiseau, director de ‘The Room’, tiene que estar riéndose.
-Supongo que ha visto The Disaster Artist y creo que tiene que estar contento. Te ríes mucho con su historia pero la película le tiene bastante respeto. Además de una excelente comedia, es un canto de amor al cine y a los locos que quieren hacer cine. Creo que a alguien como Wiseau, que tiene pinta de ser un loco, no le disgustará cómo le han retratado en la película.
Precisamente, solo en la cabeza de un loco entra que una historia como la rodea a de ‘The room’, acabe con la Concha de Oro del Zinemaldia.
-Sí. The Room es un desastre absoluto de película, de pronto, a la gente de le hace mucha gracia porque ha pasado la línea del disparate y se convierte en un mito. A mí lo que me gusta de la película de James Franco, es cómo trata ese cine dentro del cine. La película está llena de cameos de gente que alegra el cine. Hay un juego metalingüístico muy bonito. Seguro que él está encantado y muriéndose de risa, diciendo que lo que empezó siendo un desastre total, ahora gana premios en festivales internacionales de la mano de alguien que lo ha trasladado a la ficción.
El propio James Franco se mostró “sorprendido” por haber ganado.
-Él ya estaba sorprendido por haber sido seleccionado. Es curioso, porque esta es una película que va creciendo. Nos puso sobre su pista la propia Warner España. Nos llamaron para decir que creían que nos iba a gustar. Nos fuimos a Madrid, nos hicieron un pase privado y, efectivamente, nos encantó. Les dijimos que la queríamos a competición. También hablamos con Toronto, que es un festival amigo, y les preguntamos qué les parecía y también les había gustado. Toronto la cogió también. A partir de la concesión de la Concha de Oro, va a tener un recorrido más largo. Cuando recibí a James Franco me dijo que se había sorprendido muchísimo cuando le dijeron que Donostia le ofrecía entrar en la competición oficial. Creo que el tiempo nos ha dado la razón.
También llama la atención que se haya premiado una comedia, algo no muy habitual.
-No es habitual. Tampoco lo es, en nuestro festival, que se otorgue la Concha de Oro a una película americana. Creo que es bueno porque rompe ciertos prejuicios.
No sé si este premio tiene que ver con el factor descompresión. Es decir, con esa flor cómica que surge en una Sección Oficial llena de dramas.
-En la Semana de Cine Fantástico y de Terror, cuando proyectábamos cortometrajes, siempre había uno al que decíamos que era el corto vaselina. Aquel que entre uno y otro te venía muy bien porque te echabas unas risas. Los festivales tenemos tendencia hacia lo solemne. Por otro lado, es difícil encontrar buenas comedias, porque no las hay. Este año, la primera comedia que nos entró fue C’est la vie, una comedia clásica, y yo estaba muy contento porque por lo menos teníamos una comedia. Luego vimos So help me god y nos pareció que también tenía su punto. Por último, vimos esta película que nos encanto. Creo que tiene un efecto refrescante. Esta película tiene muchas capas y no me extraña que el jurado se haya fijado en ella, es una radiografía del cine y la sociedad americana bastante interesante.
John Malkovich afirmó durante este festival que había que premiar a una buena película que necesite “un empujón”. ¿Es el caso de ‘The Disaster Artist’?
-Creo que a las dos les va a venir muy bien. Aunque The Disaster Artist sea una película de una majors, es una película rara para un estudio de Hollywood. Que fuera seleccionada por el Zinemaldia y por Toronto ya la puso en otro lugar. Que haya ganado el premio le va a servir para que en muchos países en los que no iba a proyectarse en salas, ahora lo haga.
¿Es también el caso de ‘Handia’?
En este caso es una película que parte de un punto distinto en el cine vasco. Handia llega a Donostia con un distribuidor internacional, Film Factory, y con un distribuidor a nivel del Estado, A Contracorriente Films. Que Film Factory pueda poner encima de la mesa que ha ganado el segundo premio más importante del Festival Internacional de Cine de Donostia le va a servir de mucho, también para tener entrada en otros festivales.
¿José Luis Rebordinos se ha sentido juzgado alguna vez cuando un palmarés del tribunal no le gusta al público?
-Juzgado no. Nuestro trabajo es público y está sometido al juicio de todo el que quiera hacerlo. Además, yo soy muy respetuoso con ello y también muy frío. Cuando dicen que la edición ha sido maravillosa, yo intento analizar siempre lo que no ha funcionado. Hoy en día hay que relativizarlo todo. No veo con el mismo interés lo que dice un crítico u otro. Porque, por ejemplo, hoy en día en las redes todo el que ha visto dos películas se permite decir si un filme es una mierda o una obra maestra. La gente que tiene criterio sí me interesa. Ahora ha salido que Thierry Fremó, el director de Cannes, está pensando hacer los pases de prensa al mismo tiempo que las galas o después. ¿Por qué? Porque en Cannes pasan una película a la mañana y antes de que llegue la gala hay 20 tipos diciendo que es una mierda.
Con respecto a la Sección Oficial, se han proyectado cuatro películas que han tratado la cuestión del proceso creativo -‘Le Douleur’, ‘El autor’, ‘The Disaster Artist’ y ‘The Wife’-. ¿Ha sido intencionado?
-Es casualidad. No hay una línea previa por nuestra parte. Nosotros elegimos las que más nos gustan. El año pasado había muchas películas sobre jóvenes nihilistas. Este año nos hemos encontrados con películas sobre jóvenes que luchan por lo que quieren. ¿Ha cambiado del año pasado a este la tendencia? Seguro que no.
¿Considera que hay que darle una vuelta a la Sección Oficial y reducir el número de proyecciones?
-Yo creo que a la Sección Oficial le falta un día. El Zinemaldia hace años, cuando hubo problemas de presupuestos, redujo en una jornada su programación. Eso supone quitar dos o tres películas. Creo que este año si hubiésemos tenido dos películas menos en la Sección Oficial hubiésemos estado mejor, pero con un día más también las podríamos haber colocado. Actualmente, una jornada más sería inviable, porque supone muchísimo dinero. A mí me gustaría que el año que viene la Sección Oficial en su conjunto tuviese dos o tres películas menos. Pero no prometo nada porque luego nos enamoramos de las películas.
¿Ese recorte dónde se plantearía, en películas a competición o en las proyecciones especiales?
-Hemos tenido proyecciones a las 16.00 horas todos los días menos uno. Si durante tres días librásemos ese horario, nos iría mejor. Quizá lo mejor sería quitar dos de competición y fuera de concurso y una proyección especial. El objetivo va a ser ese, pero las películas nos van a determinar. Hoy hacemos propósito, pero en julio de 2018 igual te digo que hay dos más en vez de dos menos (ríe).
¿El Zinemaldia necesita más cambios?
-Creo que estamos con las costuras un poco forzadas y este año nos tenemos que sentarnos y ver qué quitamos y qué mantenemos y en qué queremos crecer. No hay que tener miedo a los cambios y hay que probar como hemos hecho con los Premios Donostia. Y si nos hubiese ido mal, no hubiese pasado nada. Aun así tenemos que hacer pedagogía de qué tamaño de ciudad tenemos, qué festival somos y que está bien así. Ojalá crezcamos un poco más todavía, pero poco a poco.
Este año han conseguido el equilibrio entre grandes estrellas y profesionales. ¿Le hubiese gustado que viniese alguien más?
Por tres días no hemos tenido aquí a Harrison Ford y Ryan Gosling presentando la secuela de Blade Runner. Llevamos desde enero trabajando en ello pero no han podido quedarse más tiempo. Imagínate que en vez de hacerse la presentación en Madrid se hace en Donostia.
¿Con qué momento se queda de la 65ª edición del Zinemaldia?
Han venido a Donostia nueve chavales de una escuela argentina, de una situación económica complicada, en la que estamos trabajando con el proyecto Gipuzkoa Coopera. Presentar los cortos que han realizado ha sido un momento maravilloso, más importante que estar con Ricardo Darín o con Mónica Bellucci. Siento mucha admiración hacia ellos.