WASHINGTON. "Es cierto que el divorcio no está avanzando ahora mismo. Están tomándose un respiro y viendo lo que sucede", aseguró una fuente cercana a los actores al medio especializado Entertainment News, que fue el primero en informar de la suspensión de los trámites legales.
En mayo pasado, Pitt, de 53 años, en su primera entrevista desde que se anunció el divorcio con Jolie, de 42, aseguró que tras la separación decidió dejar de beber, un hábito que según reconoció, se había convertido en "un problema" dentro del matrimonio.
Gran parte de la culpa de la ruptura se atribuyó a esa situación y el actor admitió que había llegado a convertirse en un "profesional" del alcohol.
Por su parte, la actriz se mudó con los hijos que tienen ambos a una mansión de 25 millones de dólares en Los Ángeles, una decisión que en declaraciones a la revista Vanity Fair consideró que ha sido "un gran salto adelante".
Estos acontecimientos son los que, según Entertainment News, han llevado a ambos a reconsiderar la situación, porque "no se toman el divorcio a la ligera y quieren asegurarse de que están haciendo lo correcto".
Ahora los medios estadounidenses atribuyen a los seis meses que Pitt asegura que lleva sin beber y a sus terapias de "mejora personal" los motivos de una mejora en la relación de la pareja.
"Ambos han dado prioridad a los niños pero nada significativo ha cambiado en su relación", agregaron las fuentes cercanas a la pareja de actores al medio especializado.
Hay medios, como la revista US Weekly, que, citando fuentes conocedoras del tema, incluso han llegado a decir que Angelina sigue enamorada de Brad y que, después de que el actor admitiera sus problemas con la bebida y anunciara su rehabilitación, quiere que ambos vuelvan juntos.
Angelina Jolie y Brad Pitt tienen seis hijos de entre 6 y 16 años, tres adoptados -el camboyano Maddox, el vietnamita Pax y la etíope Zahara- y tres biológicos -Shiloh y los gemelos Knox y Vivienne-, y en la demanda de divorcio fue la actriz la que reclamó su custodia, que obtuvo en enero.
Pitt, sin embargo, que tras el anuncio de la ruptura abandonó su residencia de las colinas de Hollywood, donde solía vivir junto a su esposa e hijos y se mudó a casa de un amigo en Santa Mónica (California), había expresado su deseo de seguir luchando por la custodia compartida.
En enero, la pareja emitió un comunicado conjunto en el que aseguraban que habían acordado mantener la discreción sobre el proceso judicial de divorcio y el cuidado de sus hijos con el objetivo de proteger la intimidad de los pequeños.