Ella ha terminado ya sus exámenes y ha podido preparar la cita con un poco más de tranquilidad. Él ha estado esta semana en plena vorágine. Les separa un año de diferencia y que ella vive en Gasteiz y él en Aramaio. Pero les une una gran amistad y, además, el bertso. De hecho, tanto Aroa Arrizubieta Barredo como Aitor Ugarte Eriz se encuentran hoy en Sara para tomar parte en el certamen interescolar de bertsolaris de Euskal Herria, al que han llegado tras quedar primera y segundo en la final alavesa llevada a cabo hace unas pocas semanas con Legutio como escenario.
Ambos tienen claro que a la cita de la localidad de Iparralde van con la intención de disfrutar y celebrar. “Lo que menos me importa en este caso es competir. Casi todos los que van a estar son amigos y nos da un poco igual quién gane. Claro que hay ganas y veremos qué pasa, pero hay otras cosas más importantes”, apunta la actual campeona del territorio. “No tenemos ninguna rivalidad. Si un compañero canta un bertso bueno, me alegraré y creo que si lo hago yo, pasará lo mismo”, añade su compañero y amigo.
Los dos, junto a Elixabet Etxandi Goyenetche, Oier Urreizti Lafitte, Iruri Altzerreka Martinez, Beñat Bilbao Landa, Oihana Arana Kardenal, Jokin Irastorza Zabalegi, Julene Etxeberri Pacheco, Irati Alcantarilla Urdanpilleta, Joanes Illarregi Marzol, Xabat Illarregi Marzol y Haritz Capot Thornary, serán los protagonistas de una cita que volverá a demostrar que el bertso tiene cantera asegurada. Nombres que son futuro pero también presente de un arte al que dedican no pocas horas, igual que ganas y energías.
Arrizubieta llegó al bertso a través de su centro escolar. “Cuando estaba en 5º, vinieron a donde estudio unos bertsolaris a explicar qué es esto y a dar unas clases. Me pareció interesante y nos apuntamos una cuadrilla bastante grande. Según iba pasando el tiempo me di cuenta de que casi todo en ese mundo era en euskera, que quienes estaban allí pensaban como yo y me sentí muy a gusto. A la vez, vi que esto me ayudaba a estimular la imaginación, que me ayudaba a saber qué decir y cómo y la verdad es que eso me atrapó. Pero lo mejor es la gente que he conocido”. En el caso de Ugarte, el gusanillo estaba en casa. “Mi familia siempre ha sido bertsozale. Mi hermano mayor (Xabi Igoa) tiene diez años más que yo y desde que empezó a cantar, mi madre siempre me ha llevado a sus bertso saios”.
Los dos consiguieron su pase para estar hoy en Sara a través de la final alavesa del interescolar que tuvo lugar el pasado 13 de mayo en Legutio. “Era mi primera final y estaba muy pero muy nervioso”, dice con una sonrisa Ugarte. “Todos los finalistas somos amigos y eso hizo que me fuera relajando según avanzó la competición, pero al principio sí que estaba bastante intranquila”, reconoce Arrizubieta. “Que ganara Aroa fue lo que más me alegró. Yo me fui contento porque ni siquiera me había imaginado que podía quedar segundo”, añade él.
Cuando se les pregunta si se ven, en un futuro no muy lejano, en una final absoluta del territorio, Arrizubieta lo descarta casi de plano. “Tenemos mucho que mejorar para eso y hay mucha gente muy buena que está por delante”. Eso sí, valora de manera especial que la actual poseedora de la txapela sea una mujer como ella, Oihane Perea. “Tanto en su final como en la mía eran todo chicos y que gane una chica me parece que es algo a tener en cuenta”, subraya.
Ugarte, por su parte, también ve lejana esa posibilidad, aunque reconoce sin problema que su gran ilusión sería poder estar ahí cantando con Igoa, que ya ha vivido dos finales. “Siempre me ayuda y me aconseja, pero nunca me ha presionado. Antes de lo de Legutio me dijo que disfrutase y eso intento”.