- Aarhus (Dinamarca) y Pafos (Chipre) serán las capitales europeas de la Cultura en 2017. Ayer tomaron el relevo a San Sebastián 2016, en un acto en el que los promotores del proyecto donostiarra dijeron que esta ciudad recoge también su propio testigo para gestionar la herencia de “lo vivido” este año.
El salón del plenos del Ayuntamiento acogió esta ceremonia institucional, a la que asistieron representantes de Aarhus y Pafos y también de Breslavia, la ciudad polaca que ha compartido este año Capitalidad con San Sebastián. Todos ellos recibieron la bandera de sus respectivas ciudades, pero teñidas de azul, el color de la enseña donostiarra, “que habla de paz y refuerza el deseo de convivencia”, valores que han sido el pilar del programa cultural donostiarra en estos doce meses.
“Hoy no termina el año de Capitalidad Cultural Europea en San Sebastián. Hoy empieza una nueva fase de esta experiencia, en la que la ciudad toma su propio testigo para proyectar lo vivido y aprendido en estos cinco años (desde que fue elegida Capitalidad) hacia nuestro futuro”, aseguró el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, presidente asimismo de la Fundación 2016.
Goia fue el primero en intervenir en este acto protocolario, en el que tomaron la palabra el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, la subdirectora de Cooperación Cultural con las Comunidades Autónomas del Ministerio de Cultura, Begoña Cerro, y el lehendakari, Iñigo Urkullu, como representantes de las instituciones que conforman la Fundación 2016.
También lo hizo el director general de Donostia 2016, Pablo Berástegui, satisfecho de la labor desarrollada por su equipo en el “extraordinario objetivo” que se marcó la Capitalidad para “contribuir a una mejor convivencia” en la ciudad y Euskadi.
A este desafío también hicieron referencia los responsables institucionales, que recordaron la relevancia de los valores propugnados por la Capitalidad en un lugar castigado por años de terrorismo y violencia.
“Este reto nos ha llevado a mejorar como ciudad. Hoy podemos decir que Donostia es una ciudad que ha crecido, que se ha abierto al mundo, que ha aprendido, con sus aciertos y con sus desaciertos, a imaginar, a soñar, a ponerse nuevas metas, a trabajar de forma colaborativa. Donostia ha respondido a la misión que le fue encomendada”, señaló Goia. Afirmó que los donostiarras han sido protagonistas de “un formidable proceso de aprendizaje”. “Ese esfuerzo nos ha obligado a sacudirnos de encima muchos prejuicios, a dejar atrás nuestros miedos y limitaciones, a lanzarnos a búsquedas desconocidas, a experimentar nuevos caminos y a ponernos metas exigentes. A descubrir cuáles pueden ser nuestros propios límites y carencias como sociedad. Hemos sido capaces de reinventarnos”, añadió.
un programa “excelente” Las actuaciones del acordeonista Iñaki Diéguez, el percusionista Javi Area, los bailarines Aiert Beobide y Nagore Zabala, el pianista Juantxo Zeberio y la cantante Ainara Ortega se intercalaron con los discursos, entre ellos el de Karel Bartak, director del programa de la UE Europa Creativa, que al igual que los representantes de Aarhus y Pafos calificó de “excelente” el programa de Donostia 2016. Begoña Cerro destacó, por su parte, los “largos años de apoyo activo” al proyecto por parte del Gobierno y el Ministerio de Cultura, para los que DSS2016 ha sido “un proyecto de Estado”.
Y Urkullu, que cerró la ceremonia, aseguró que “Donostia ha arriesgado y ha acertado” y “ha abierto la puerta a la innovación, la creación y la participación”. “Ha apostado por los valores y ha incidido en lo que más necesitamos: paz, convivencia, respeto, derechos humanos. Esta Capitalidad Cultural se recordará como el gozne con un nuevo tiempo en el que haremos nuestra la profunda significación de ‘convivir’ es ‘vivir con’”, subrayó.