Vitoria - Puede que un cumpleaños sea el momento en el que la gran mayoría hace su lista de regalos y deseos. Pero en la Gasteiz Big Band no piensan así. Para cualquier proyecto cultural no es nada sencillo pensar en llegar a cumplir 20 años. Mucho menos para una formación de este tipo, tanto en lo que respecta al número de componentes como a su estilo. Aún así, Jimmy Bidaurreta, su director, lo tiene claro: “más que pensar en qué puedes pedir, tienes que reflexionar sobre qué más puedes ofrecer”.
El saxofonista Rodolfo Noriega y el trompetista Diego Duque son los únicos que han vivido todo el camino desde los primeros pasos en 1996, una senda que ha pasado por no pocos escenarios de Euskal Herria, Galicia o Madrid, por citar algunos puntos del Estado, pero que también ha viajado a otros países como Francia y Suiza. “Lo primero que nos suele decir el público cuando nos ve en directo es que se nos nota enseguida que nos lo pasamos muy bien y que transmitimos eso”, apunta el bajista Eneko Espino, a lo que Bidaurreta añade que “no es menos digno lo que haces divirtiéndote” en contra de aquellos que postulan que sólo se puede dar calidad desde la seriedad.
Por supuesto, estas dos sonoras décadas también han tenido su reflejo en la edición de diferentes trabajos discográficos. Ahí están Live in Nájera, SSSF, Bing Bang!, el especial Retreta de San Prudencio (hay que recordar que la agrupación fue pregonera de las fiestas alavesas en 2011) y W’Ellington. A todas estas referencias, en este 2016 se ha sumado Radio Radetzky, que ya está disponible tanto en plataformas digitales y, en su formato de CD, en diferentes locales de la capital alavesa (The Man in the Moon, Kupula, Darkablar, Candela y Elizalde). Además, el grupo podrá a disposición del público “en breve” la versión también en vinilo. Ya se sabe, siempre es bueno contar con una guinda extra.
Una quincena de temas (como Boogie Woogie Bugle Boy, Big Mama Cass o Radetzky March) conforman un trabajo “bastante peculiar y especial dentro del mundo de las big bands”, dice Bidaurreta. Más allá de que hay guiños a una tradición que no se pierde de vista dentro de este formato de agrupaciones, los músicos vitorianos han convertido en su marca de la casa aquello que se sale de lo acostumbrado o normalizado. Todo ello, como siempre, “desde una actitud muy extrovertida que forma parte de nuestro ADN. La nuestra es una manera de hacer un tanto desenfadada, que redunda en un sonido en el que creemos, además sin complejos”.
Grabado en los estudios Tío Pete de Urduliz, sobre todo durante un fin de semana de concentración intensiva y casi como si estuvieran tocando en directo, los 19 componentes de la Gasteiz Big Band han apostado con este álbum por un nuevo “atrevimiento”, que los lectores de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA también van a poder tener entre las manos, junto a otros extras, gracias al sorteo que se va a realizar este mes de una decena de packs especiales por el 20 aniversario.
Para celebrar “Radio Radetzky es también una evolución con respecto al anterior disco (W’Ellington), un álbum más ambicioso musicalmente”. De hecho, ahí está una de las claves para Bidaurreta y Espino a la hora de explicar todos estos años de andadura de la Gasteiz Big Band: la búsqueda, y el encuentro, de nuevos alicientes.
“Nunca hay que perder de vista que las big bands son formaciones que tienen muchas dificultades para sobrevivir. Ni las que pretenden ser muy profesionales pueden llegar a serlo del todo. Nosotros seguimos disfrutando e ideas nunca nos faltan; ahí está lo bueno”, explica el director, quien asume que “gran parte de mi labor es estar generando esos alicientes de manera constante. Es la única manera, por ejemplo, de que dos personas que llevan 20 años quieran seguir estando. En muchos aspectos se está haciendo un buen trabajo porque las ganas y el entusiasmo siguen”.
Bidaurreta es desde ya hace unos años el responsable de una aventura que, en realidad, nació en el 96 con una vocación pedagógica en el seno de la Escuela de Música Luis Aramburu de la mano de Raúl Romo y Joseba Robles. “En aquel momento, hacer algo así en un centro educativo era algo insólito”. El punto de inflexión, eso sí, vino de la mano de Iker Sánchez Silva, quien le dio “el empujón” a la Gasteiz para que se convirtiese en un grupo con todas sus letras.
A partir de ahí, el crecimiento ha sido imparable, los últimos nueve años con Bidaurreta a la batuta. Y les han pasado no pocas cosas: les han llamado desde México para usar su música en un programa de televisión sobre baile; han actuado ante 3.000 personas en Francia; se han subido al escenario del Auditorio Nacional en Madrid... Todo ello sin olvidar una de sus grandes apuestas para y por la ciudad, el Big Band Festival, que organizan junto a la Big Band Berri. El certamen se ha convertido a lo largo de sus 13 ediciones en una referencia para la capital alavesa a la hora de poner en valor a los músicos de aquí y contar con destacados intérpretes de fuera.
¿Dos décadas más? “Seguramente”. Para ello, los 19 músicos siguen ensayando cada lunes de 20.30 a 22.30 horas en Txoroleku. No paran. Es más, para 2017 se anuncia nuevo disco. Calidad, entusiasmo y nuevos retos. Ahí está la clave. - DNA