madrid - Robbie Williams, uno de los solistas de mayor éxito mundial, vuelve con su primer álbum de pop en cuatro años para recuperar el tiempo perdido y reivindicarse -con ayuda de The Killers, Rufus Wainwright o Ed Sheeran- como genio del espectáculo, aunque “sin la necesidad de antaño de vencerse a sí mismo”.

“Llegó un momento en mi carrera en el que el lugar que ocupaban mis discos en las listas de ventas me preocupaba de una forma neurótica”, reconoce en una entrevista en la que aun se declara “ambicioso, probablemente más que nunca”. En este sentido, Robert Peter Robbie Williams (Stoke-on-Trent, Gran Bretaña, 1974), distinguido por los Brit Awards con un galardón a su “espectacular contribución a la música”, apostilla: “Quiero ser el mejor, ser tan grande y durante tanto tiempo como sea posible”. Tras cambiar de discográfica, su nueva puesta para conseguirlo se llama The heavy entertainment show, un título que alude a sus inicios en solitario, cuando, tras dejar Take That, lanzó el álbum Life thru a lens (1997) y el sencillo Let me entertain you. “En mi pasaporte, en el apartado de profesión, antes que compositor o cantante, pone artista”, afirma Williams, que rechaza el término divo. “Para mí esa palabra se refiere a alguien con un rango vocal incomparable. Yo soy sobre todo un animador”, puntualiza. Con ese afán de espectáculo concibió el que este viernes se convertirá en su undécimo disco de estudio. Para él escribió “80 canciones”, reducidas a 11 en la versión estándar, desde el ampuloso tema de bienvenida que titula el álbum, en el que samplea al mismísimo Serge Gainsbourg (“una enorme influencia en mi carrera”, dice), hasta el fin de fiesta de Sensational.

Más curiosa que la inclusión de Gainsbourg resulta la del Baile de los caballeros, del compositor clásico Serguéi Prokófiev, en el segundo corte del disco y primer sencillo del mismo, Party like a russian. Del tema se dijo que era una crítica a Putin, algo que él niega expresamente, a pesar de que canta: “Se requiere un cierto tipo de hombre, con cierta reputación, para gastarme el dinero de una nación entera y usar la calderilla para construir mi propia estación espacial”. “Es una canción sobre el hedonismo, el éxito y el exceso, en la que asumo el personaje de un oligarca”, precisa.

“no sé actuar bajo coacción” El videoclip, en el que aparece rodeado de una cohorte de bellas asistentas, fue tildado además de machista. “Es lo que las estrellas pop hacemos; es una broma”, afirma el británico, para quien “cada vez resulta más fácil ofender a alguien”. “Yo no tengo filtro y no sé actuar bajo coacción. Algo debe significar que me llamen ‘la estrella de pop más rock de todas”.

Entre los demás cortes, destacan otros como Mixed signals, nuevo tema de The Killers. “Muchos de mis artistas favoritos están en este álbum, como John Grant (I Don’t Want to Hurt You), Rufus Wainwright (Hotel Crazy) o Ed Sheeran (Pretty woman)”, afirma sobre los colaboradores del disco, en el que vuelve a figurar Guy Chambers, con el que ha escrito la mayoría de sus éxitos.