Vitoria - El Darkablar vuelve a convertirse en escenario. Esta vez no es la danza la que pide paso como sucedió en el cambio de año. Es el teatro quien toma el protagonismo. Lo hace de la mano de Unai López de Armentia, de Parasite Kolektiboa, quien hoy, mañana y el domingo va a ofrecer al público -cuatro personas cada vez- tres episodios de su montaje Hot water, entregas de una misma historia que se pueden ver de manera independiente.

Cada capítulo (duran unos diez minutos) se representará dos veces cada jornada y la entrada a las representaciones costará tres euros. Las citas serán a las 20.00, 20.15, 20.30, 21.00, 21.15 y 21.30 horas. Todo ello en un local del Casco Viejo que está haciendo de su programación de microteatro una marca de la casa.

“La verdad es que estoy un poco nervioso” dice con una sonrisa el también co-fundador de la sala Baratza. “Si actúas en un escenario grande, al público lo tratas como si fuera uno. Pero aquí vas a tener a cuatro personas al lado y eso te da la impresión de contar con cuatro públicos diferentes. Quiero ver cómo reacciona la gente porque soy consciente de que no estamos hablando de piezas que son entretenimiento y punto, sino que tienen su cosilla”, señala el gasteiztarra. “Es arriesgado pero me apetece”.

Estos tres capítulos son parte de un espectáculo de unos 50 minutos que el intérprete quiere estrenar a finales de año en el marco de una residencia concedida por BilbaoEszena. Esa obra se adentrará en la historia de un hombre que, incapaz de responder de manera positiva a las figuras autoritarias que conoce en su vida termina pareciendo un monstruo. “Acudir al Darkablar es también una forma de seguir experimentando e investigando sobre la pieza y hacerlo de la mano del público”.