Vitoria - El próximo 8 de abril, la Sala Fundación Vital abrirá al público la exposición Gasteizko 33 kale. Pintores y escultores de la ciudad, una producción en la que se van a reunir obras de diferentes pintores y escultores cuyos nombres identifican a no pocas calles y plazas de la capital alavesa. Se tratará de pasear por sus piezas bajo techo, también con la idea de reivindicar la figura y la trayectoria de algunos creadores a los que la sociedad actual no sabe identificar más allá de su presencia en el callejero oficial.

Como es evidente tratándose de una institución que está cumpliendo ahora 242 años de vida, varios de los protagonistas de esa inminente muestra pasaron por las aulas de la Escuela de Artes y Oficios, en algunos casos incluso como alumnos y después profesores. Y ahí es donde la Fundación Vital y el centro han encontrado la excusa perfecta para este nuevo encuentro entre ambos, una relación que lo largo de estos últimos años se ha traducido en un buen número de muestras, sobre todo de la mano de los talleres de audiovisual y fotografía.

Así nace, incluso a pesar del manido y poco llamativo título, Vitoria-Gasteiz. Arte, mucho arte, un pequeño pero significativo reflejo de aquello que acontece cada semana entre las paredes de Artes y Oficios, por lo menos en lo que respecta a las áreas relacionadas con la pintura y la escultura, una muestra de la labor formativa y artística que cientos de personas llevan a cabo cada curso gracias a un espacio que, a pesar de todo, todavía tiene que ver cómo la garantía a su futuro es cuestionada por algunos desde el ámbito político -el último capítulo se ha vivido esta misma semana en el Parlamento Vasco, como ya se relató ayer en estas mismas páginas-.

El punto de encuentro con el espectador es una sala Luis de Ajuria que, como hay que recordar todavía, ya no se encuentra en la calle General Álava, donde, por otra parte, Artes y Oficios ha estado en varias ocasiones. Desde hace ya unos meses, sus instalaciones se encuentran en la plaza de los Fueros, compartiendo entrada con la sala Fundación Vital. Es aquí donde el público puede desde ayer asomarse a las 25 propuestas realizadas por los 180 estudiantes del centro que, de una manera u otra, han tomado parte en esta cita.

Aunque tras recibir la propuesta de participar en esta muestra que, tomando el símil de la música, servirá de telonera a Gasteizko 33 kale. Pintores y escultores de la ciudad, los profesores y responsables de la exposición Milagros Bretón, Carmen Lecanda y Ricardo Corcuera admiten que debatieron sobre qué criterios utilizar para estructurarla, lo cierto es que la producción no cuenta con un hilo temático definido, sino que quiere responder, desde la calidad de las piezas, a diferentes impulsos y momentos sirviendo como diario creativo de aquello que trabajan junto a sus alumnos en sus talleres. De hecho, sus propios estudiantes, en voz por ejemplo de Patricia García, describen que “aquí se puede ver un fiel reflejo de lo que hacemos todas las semanas”.

Así, formas y fondos son dispares, aunque se puedan rastrear algunos elementos comunes, como pasa, por ejemplo, con el uso de materiales reciclados o considerados humildes. “Lo que hemos pretendido es trasladar parte de la magia que se produce en cada clase”, señala Bretón, una de las responsables, por cierto, de los espacios expositivos que Artes y Oficios cuenta en su sede.

Hasta el 16 de abril, la muestra estará abierta al público, coincidiendo en algunas jornadas con la mencionada exposición que protagonizarán algunos de esos pintores y escultores que cuentan con una calle en la ciudad. “En nuestras clases está la huella de muchos creadores que han pasado por la escuela”, posos interminables dentro de la historia de un centro que puede presumir de haber sido casa de autores ilustres. Claro que, como dice otro estudiante como Jon Carlos, “los que tenemos que agradecer a Artes y Oficios somos los alumnos porque sacan nuestra obra para que se encuentre con la gente”, algo que él mismo echa de menos en otros ámbitos como puede ser el universitario.

Eso sí, cabe recordar que el centro y Vital no sólo están unidos ahora mismo por esta presencia en Luis de Ajuria. Desde hace unos días, alumnos de los talleres de grabado calcográfico y de Arte Joven de la escuela son protagonistas también de otra exposición que se está llevando a cabo en la sede que en Betoño tiene la Fundación Sancho el Sabio. Desde el corazón de África, abierta hasta el 10 de mayo, propone al público diferentes miradas sobre el continente vecino.