Hoy se inaugura en Artium una substanciosa exposición orquestada por la comisaria Blanca de la Torre. Y sustanciosa es porque se trata de una muestra rebosante de arte comprometido. Comprometido socialmente. De arte crítico que buscar promover en nosotros la toma de conciencia sobre ciertas problemáticas económicas, sociales y culturales de las que hablaremos líneas abajo. Es una arte para hacer pensar que podría encuadrase dentro una denominación: el arte político. Que no tiene nada que ver -no nos confundamos- con el arte propagandístico, pues éste intenta adoctrinarnos de una manera paternalista mientras aquél quiere generar en nosotros una honda reflexión sobre la realidad en la que vivimos, lanzándonos sugestivas preguntas, sin recetas, sin respuestas y siempre con la humilde premisa de que el arte, por mucho ADN crítico que lleve, no va a cambiar ya el mundo. Aunque, también, asumiendo una realidad: que se pueden propiciar pequeños cambios, mutaciones, en los entornos cercanos en los que éste se despliega. La gran maquinaria seguirá funcionando, sí, pero los ecos emitidos por un arte con carga crítica -un arte que se aleja muchas veces de lo amable- podrán ser escuchados por todo ciudadano atento que busque cierto compromiso social en el arte.

Pero centrémonos en la exposición. Hablemos de ella. En primer lugar, ¿qué significa PIGS? Se trata de un acrónimo que se utilizó popularmente en los años 90 del siglo pasado para referirse de una manera un tanto despectiva, todo hay que decirlo, a los países del sur de Europa que forman parte de la zona euro. Estos países son: Portugal, Italia, Grecia y España (Spain, de ahí la s final de PIGS). En 2008, con la crisis económica volando sobre nuestras cabezas, se volvió a recuperar este término para designar ya a estos países que habían contraído una deuda pública mucho más extensa y profunda que la de otros estados de la eurozona.

Blanca de la Torre ha congregado a más de una veintena de artistas PIGS -procedentes, por lo tanto, de Portugal, Italia, Grecia y España- para dibujar el actual y desequilibrado contexto político europeo en el que soplan, desde el norte, fuertes vientos de superioridad. Vientos, vendavales, que nos llegan a los países del Sur. Se reivindica también el papel de la cultura mediterránea, más asentada en el carpe diem, la dolce vita? contraponiéndola al raciocinio y a la sobriedad de los países norteños. En ese sentido los PIGS tienen mucho que aportar a la construcción de una Europa que esté más cercana a unos valores vitales. No deja de ser sintomático, por poner un ejemplo que el Norte veranee en el Sur buscando, precisamente, otra manera de vivir.

La muestra es una producción de cuño internacional en la que participan, junto a Artium, la Galería Municipal de Porto, el museo Es Baluard de Palma de Mallorca y el Centro de Arte Contemporáneo de Tesalónica. En definitiva: una buena oportunidad para acercarse al arte teñido de compromiso social.