madrid - El escritor irlandés Colm Tóibín, una de las voces más literarias y premiadas, acaba de publicar en español su libro más autobiográfico, Nora Webster, una pieza con sonidos de “música de cámara”, de estilo depurado y silencios sobre la historia de una mujer joven que se queda viuda y con cuatro hijos.

Una historia, publicada por Lumen, sobre una familia irlandesa en los años 60 y 70, con la sombra de la religión, las presiones familiares en una sociedad estereotipada y con las dificultades que tienen para llenar el hueco dejado por la figura del padre. “Si hubiera sido norteamericano hubiera ido al psicólogo para hacer mis confesiones; pero como no lo soy, he tenido la posibilidad de plasmar en este libro cosas que no he dicho jamás. El libro ha sido un medio para que entre la luz en algunos lugares que hasta el momento habían permanecido en tiniebla”, explica Tóibín (Enniscorthy, 1955).

El escritor, autor de títulos como The Master, Brooklyn o el Testamento de María, que fue llevada al teatro y fue interpretada por Blanca Portillo en España, empezó a escribir Nora Webster en el año 2000, cuando comenzó la escritura en paralelo de The Master. “No quería que acabara su escritura, me costó mucho pero aquí está ya. Es muy personal. Hay cosas importantes personales y otras cosas inventadas. Se mueve entre el ruido y el silencio”, subraya el autor.

La novela, en la que hay ausencias de descripciones -el lector no sabe nunca cómo son los rostros o los cuerpos de Nora y sus hijos, pero penetra en ellos como si así fuera-, narra la historia de Nora, una mujer de 40 años que ha perdido a su marido y padre de cuatro hijos con escasos recursos económicos. Así tiene que gobernar las emociones ambiguas y en un ambiente provinciano y donde su anhelo más profundo es la música.

Especialista en desentrañar a personajes femeninos, Tóibín asegura que en esta novela quería un lenguaje tranquilo y plano con pocas expectativas para los que buscaran un lenguaje proustiano, porque no hay mundo social, no hay duquesas”, matiza con humor y en un español bastante fluido. - Efe