Gijón - El escritor argentino Marcelo Luján ha buceado en los aspectos más salvajes de los seres humanos para explorar la crueldad en el seno de una familia “acomodada” en Subsuelo, su última novela negra.
El autor consideró que su última novela no es “policiaca sino negra, muy negra” y está escrita desde una perspectiva “novedosa para lo que es el género”, al introducir “un narrador que le anticipa al lector lo que va a ocurrir dos páginas más adelante”.
“Sentí que esta historia, por sus características, tenía que ser contada de manera distinta para poder atrapar y fascinar al lector”, comentó Luján en el marco de la Semana Negra de Gijón, donde presentó el libro.
El escritor indicó que para esta historia “necesitaba un relato potente”, que no estuviera contaminado por tópicos y prejuicios del género, como que casi todo lo escabroso tiene que ver con la pobreza y lo urbano.
Por eso, ha creado una familia tipo, que vive sin sobresaltos económicos, con dos hijos mellizos, y la ha aislado en una casa de verano en medio de un bosque, para que el escenario no le restara protagonismo a la historia.
Luján añadió que en el texto subyacen las ideas de la vida, la muerte y la muerte en vida, y la preocupación porque con el avance de las tecnologías los padres cada vez saben menos de lo que hacen sus hijos.
Subsuelo cuenta la relación perversa de dos adolescentes hermanos mellizos en el seno de una familia “normal”, que ve alterada su rutina a raíz de un accidente de tráfico, que actúa como detonante de la trama.
Girelli y otros También el escritor italiano Fabio Girelli presentó su novela Villa Triste, la primera que llega al mercado español del creador de la saga del comisario Andrea Castelli, en la que analiza el factor sicológico de la tortura.
El autor explicó que escribió esta historia preocupado por la capacidad de los hombres para hacer daño a sus semejantes y que en ese marco la tortura le pareció como “el mal supremo”.
Aunque ambientada en la ciudad de Turín actual, el autor ha tomado como referencia algunos hechos reales de la Segunda Guerra Mundial, como los centros de torturas del fascismo y la existencia de un grupo de oficiales militares que en esa época fueron los primeros que introdujeron la cocaína en Italia.
“En esos años hubo muchas Villas Tristes donde se torturaba a la resistencia al fascismo y eso me ha servido como punto de partida para una historia del género policial, que en Italia no se llama negro sino amarillo”, añadió.
Giarelli ha manejado un contrapunto entre el comisario Castelli, un policía despistado, poco riguroso y con una vida sexual un tanto confusa que es todo lo contrario del arquetipo del investigador de novela negra, con su ayudante el inspector Giordano, que tiende al equilibrio.
Ambos investigarán crímenes terribles que tiñen de sangre Turín y que tienen que ver con los fantasmas del pasado de Villa Triste, uno de los centros de tortura del final de la guerra.
El fotoperiodista y documentalista asturiano Alejandro Zapico presentó el libro Aprendiendo a mirar que, con textos de Vanessa Gutiérrez, contiene 30 reportajes fotográficos realizados en otros tantos países del mundo.
La Semana Negra de Gijón, en la que han participado numerosos escritores nacionales e internacionales y donde se han entregado diversos premios y galardones, finaliza hoy con nuevas presentaciones. Entre ellas, el XI Informe de Derechos Humanos en Colombia por Colectivo Colombiano de refugiados en Asturias, Luchadores del ocaso. Represión, guerrilla y violencia política en la Asturias de posguerra (1937-1952) de Ramón García Piñeiro y, El libro de la comunidad: Guía de referencia para trabajar y vivir en comunidad. - Efe