donostia - Duerme poco pero siempre guarda tiempo para "los de casa", porque eso "es sagrado". Bregada en la escritura, en el teatro y en el cine, esta donostiarra afable y expansiva contagia sus quimeras y esconde los malos tragos tras una sonrisa roja, holgada. Llegó al Instituto Etxepare hace cuatro años y apenas ha tenido tiempo para reflexionar sobre todo lo vivido. "No tengo tiempo para mis aficiones, porque estoy entregada a este proyecto. No tengo tiempo, siquiera, para arrepentirme. Aquí hay mil cosas por hacer y este tren no se para nunca", asegura.
Reconoce haber vivido momentos angustiosos (el año pasado sufrió una delicada operación), pero el trabajo parece redimirla: "He pasado por malos momentos. Etxepare me da vida y a la vez me la deshace en la medida que plantea problemas y retos de forma continua. Pero he aprendido mucho y eso hace de contrapeso ante todo lo malo". Reconoce que aún le queda "mucho por hacer", pero también es consciente de las dificultades que se le plantean: "Me sobra ilusión y fuerza, pero aún tenemos que apuntalar las bases de este maravilloso proyecto, necesario para mostrar al mundo nuestra lengua y nuestra cultura. Para eso necesitamos medios, recursos, y ahí andamos un poco justos". Goenaga se refiere a los continuos recortes que han sufrido los presupuestos en los últimos dos años, rebajas que son difíciles de suplir: "Estamos sondeando la posibilidad de buscar financiación privada, pero es difícil. Aún así no descartamos que alguna empresa pueda patrocinar las cátedras o alguna de ellas (Etxepare tiene cinco)".
euskaltzale Hasta el momento, pocos han osado poner en tela de juicio su labor. Los cambios de Gobierno no la han afectado, detalle que dice mucho sobre su perfil y sobre sus aptitudes. "Mi perfil está definido: amo el euskera y todo lo que tenga que ver con la cultura vasca. A partir de ahí... Mira, por fortuna, en la vida nos basta con ese tipo de cosas y no vamos por ahí preguntando las tendencias políticas de la gente, porque de lo contrario la convivencia se haría imposible. Y yo creo que eso deberíamos trasladarlo también a la política. Ahí la sociedad vasca ha dado una lección a sus políticos", afirma la directora de Etxepare. - I.M.E.