Madrid. El poeta y ensayista argentino Hugo Mujica, que recibió ayer el premio casa de América de Poesía 2013 por su obra Cuando todo calla, aseguró que su poesía "habla de la vida, no de la vida vivida sino del momento que está naciendo". "Como concepto de vida siempre tengo presente una frase de Nietzsche y es que prefiero la danza de la vida a la marcha de la historia; y hoy, sin duda, la historia pisotea cada vez más la vida, y yo trato de hacer lo contrario", aseguró este poeta, una de las voces más singulares de las dos orillas: pintor, filósofo, antropólogo y teólogo. A los cuarenta años empezó a escribir y desde entonces no ha parado, con más casi dos docenas de libros publicados y con el reconocimiento de crítica y público. Y no solo con su trabajo en poesía, sino de ensayo y cuento, además de sus colaboraciones en la prensa.

Cuando todo calla es el título del poemario ganador del premio, un volumen que se incorporará al proyecto de la publicación de su obra completa, y que para el jurado que lo seleccionó contiene "una poesía de muy hondo pensamiento y de una gran exquisitez estética", basada en una escritura de "expresión madura", pero sin matar la "espontaneidad luminosa del arte poético". Un libro en el que se repiten las constantes de la obra de Mujica: el silencio, la lluvia, la hondura, la grieta, o los elementos de la naturaleza. "Yo no soy un poeta de ruptura, dice, sino de honduras, de ir merodeando sobre un núcleo que no logramos decir, pero que es lo que nos hace decir todo lo otro; a veces lo llamamos misterio, a veces lo otro. Un creador lo que hace es golpear o espiar a través de las ranuras del lenguaje, ver cómo podemos entrar dentro de las palabras", argumentó.

Influenciado por música y la pintura, Mujica tiene como referente al pintor italiano Morandi, uno de los mejores artistas del siglo XX y cuya obra está muy centrada en pintar los elementos de la vida cotidiana, como vasos y botellas. El poeta absorbe y se mueve en todo lo que tiene que ver con la cultura. Lee sin parar, va al teatro y al cine para luego en el silencio del amanecer y de la noche entrada quedarse en silencio. "Como un relámpago que no existe esa otra luz que nos encandila / la que cegados llamamos noche como llamamos muerte al exceso final con que nos desborda la vida", escribe el poeta en Cuanto todo calla.