madrid. Fernando Lopetegi, el padre del componente de Delorean Ekhi Lopetegi, aseguró ayer que, tanto las familias como los músicos, han sufrido "48 horas de terror" y ha subrayado que este "no es virtual". Además, subrayó que los secuestradores les torturaban psicológicamente, ponían ruido de motosierra de fondo y les decían que iban a mandar a sus hijos hechos "trocitos".
Los cuatro miembros del grupo de Zarautz, Ekhi Lopetegi, Igor Escudero, Guillermo Astrain y Unai Lazcano, fueron víctimas de un secuestro virtual el lunes cuando se encontraban en la ciudad de México DF, siendo finalmente liberados el martes por la Policía.
Fernando Lopetegi lamentó que, tanto los cuatro músicos como sus familias, pasaron "las 48 horas más difíciles" porque, a pesar de "las bromas de algunos" en las redes sociales, "el terror no es virtual". "El terror es terror y hemos sufrido 48 horas de terror", subrayó Lopetegi, que explicó que "no sabes en qué condición están" y los miembros de Delorean eran "amenazados permanentemente por los secuestradores" y sus familias "escuchándoles" con llamadas telefónicas que se demoraban "como mucho, una hora y media".
Este contó que "los secuestradores se turnaban torturándoles psicológicamente constantemente" durante los dos días y oían, a través de las llamadas a las familias, "en la habitación de al lado una motosierra y te decían que te iban a mandar a tu hijo en trocitos". "El terror no es virtual y, si además la Policía es la que te saca a punta de metralleta de la habitación en la que estás secuestrado, de virtual no tiene nada", insistió Lopetegi, que reveló que "hora y media o dos" después de la liberación volvió a recibir una llamada de los supuestos secuestradores "para insultarme".
El familiar eludió ofrecer más detalles y pidió que se deje "tranquilos" a los músicos porque "no queremos que nuestros hijos sigan bajo el síndrome del terror" hasta que se sientan "con fuerzas" para retomar su actividad y reanudar la gira. Finalmente, destacó la colaboración "extraordinaria" de la sección de la Policía Nacional especializada en secuestros y la Ertzaintza, en este caso en el que han sido "los grandes artífices" con la Interpol y la Policía mexicana de la liberación, en la que también intervino el FBI.