Sharapova desconcierta dentro y fuera de la cancha. Maria Sharapova desconcierta por partida doble: el miércoles se la vio besándose por las calles de Madrid con su novio, el búlgaro Grigor Dimitrov, y ayer descolocó al mundo del tenis al promocionar de un modo inusual a unos grandes almacenes españoles al final de su partido. Tras derrotar a la alemana Sabine Lisicki se encaminó a una cámara de televisión. Pero, en vez de escribir su nombre, como todos los jugadores hacen, la rusa garabateó 'Sugarpova' y 'El Corte Inglés'. "Sí, ahí es donde se venderán mis caramelos ahora", explicó.
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