Vitoria. En Internet se pueden consultar ya los números editados entre 1921 y 1934. A lo largo del verano, se espera que a través de la misma vía sea posible encontrar el resto. Es más, dentro de no mucho, su camino sólo se podrá seguir en la pantalla. Pero el papel todavía sobrevive por mucho que los nuevos tiempos y los ajustes a causa de la crisis aconsejen lo contrario. Lo hace en la nueva entrega, la 49, de la revista Eusko-Folklore, creada por José Miguel de Barandiaran hace 92 años, y así sucederá, o esos son los planes, con la que hará el número 50.
La Diputación de Álava fue ayer el escenario para la presentación de la última publicación de este proyecto etnográfico, un anuario realizado entre 2010 y 2011 traducido en 300 ejemplares, a la venta por 12 euros cada uno, impresos gracias al área de Cultura del Ejecutivo foral.
La propuesta pretende registrar de un modo sistemático las expresiones de la cultura popular vasca. En concreto, este volumen ofrece una muestra de la "profunda transformación cultural" que ha tenido lugar en el medio rural vasco durante los últimos decenios, según explicaron la diputada Iciar Lamarain y el presidente de la Fundación Barandiaran, José María Vélez de Mendizábal.
Estas investigaciones, llevadas a cabo en las localidades alavesas de Bernedo y Argandoña recogen las nuevas aplicaciones tecnológicas que se han generalizado en el cultivo de la tierra y los cambios que éstas han generado en el sistema tradicional. Además, se ofrece una investigación de campo sobre la casa en la villa navarra de Sangüesa y otra sobre los ritos tradicionales en torno a la muerte en el municipio vizcaíno de Abadiño.