Sin demasiados nervios, sin ponerse de acuerdo en señalar a algún favorito de entre el resto de compañeros, sin considerar a nadie como contrincante, y con unas buenas dosis de humor. Así iniciaron ayer los seis su particular cuenta atrás de cara a lo que sucederá el sábado. Manex Agirre, Asier Otamendi y Oihane Perea ya saben lo que es ganar. El primero es el actual poseedor de la txapela, el segundo la ha tenido en sus manos nueve veces, y la tercera dos, siendo la única mujer en poner su nombre en lo más alto del palmarés. Iñaki Viñaspre, Ruben Sanchez y Jagoba Apaolaza, debutante en esta lides, quieren sumarse a esa lista de triunfadores en el Campeonato de Bertsolaris de Álava.
Tras las eliminatorias previas que tuvieron lugar en 2012 (con 52 aspirantes apuntados), fueron 30 los que empezaron el camino de cuartos a finales del pasado mes de enero, pero sólo uno ganará, más allá de que quien quede en segundo lugar también conseguirá premio: el otro pasaporte para el certamen absoluto de Euskal Herria que tendrá lugar en otoño. Con el Principal como escenario a partir de las 17.30 horas (las entradas están ya a la venta), los jueces tendrán la última palabra ante un público que se espera numeroso, sin olvidar a todos aquellos que ya han acompañado el certamen tanto en los cuartos (en formato de comidas o cenas) como en las semifinales.
Ayer tocó encontrarse con los medios de comunicación para simbolizar la salida de la última carrera de esta edición del campeonato, aunque como dijeron varios de los participantes, lo bueno de esta supuesta lucha organizada por la Asociación de Bertsolaris de Álava, es que siempre gana un compañero. Eso sí, la falta de nervios se irá terminando según se acerque el sábado, como ellos mismos reconocen. Y, casi de manera proporcional, irá subiendo la competencia.
Pero más allá de la competición, que esta vez se ha desarrollado bajo el lema Lotu!, tanto para los organizadores del certamen como para sus protagonistas, la relevancia se encuentra en el trabajo diario de que hace en las bertso eskolas repartidas por todo el territorio, puntos de encuentros que en Álava se empezaron a poner en marcha hace ahora 30 años.