bilbao. Es artista gracias a que a los seis años vio una copia de Velázquez que supuso un "descubrimiento enorme". Ha aprendido de los grandes pintores clásicos y apela a la creación no institucional, probablemente por eso defiende que "el arte lo hacen personas, no grupos".

¿Con qué necesidades comunes se unieron los artistas en Gaur?

Necesidad de libertad, la que puede tener cualquier persona; pero, al mismo tiempo, como artistas, necesidad de defender unos comportamientos estéticos. La evolución del arte contemporáneo no es parte de los caprichos de nadie. En Bizkaia, con Emen, la evolución se dio desde la política al arte, lo cual siempre ha sido un fracaso. A mí me interesa la evolución desde el arte a la educación, la cultura y la política.

Pero el movimiento tenía una significación política importante.

Todos los gestos que se hacen muchas veces tienen una connotación política. El gobernador civil de Gipuzkoa quería cerrar la galería Barandiarán todas las semanas. Ese tipo de impertinencias que tiene cualquier dictadura aquí se manifestaban incluso por la pintura abstracta o la escultura no figurativa. Pero no solo nos rebelamos los artistas; había otras formas de expresión de cultura que se manifestaban con nosotros, como Ez dok hamairu.

¿Cómo era la relación entre ustedes?

El grupo que pensé era un grupo con gente constituida artísticamente. Ninguno de nosotros hizo Bellas Artes, éramos independientes del arte enseñado por una institución. Éramos autodidactas, porque ese es el mejor camino. Lo que nosotros aprendíamos era el respeto al pasado. He aprendido de ver exposiciones en el Museo del Prado o en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Hace falta ser muy necio para que un artista joven no se interese.

¿Cómo fue la acogida a la representación artística abstracta?

Las sensibilidades en cada persona, a pesar de que estábamos en plena dictadura, eran diferentes. Cuando me preguntan si pinto para los demás respondo que hace falta tener mucho orgullo para pretender conocer a los demás. A lo único que debo tener respeto es a mí mismo y cuando hago una exposición, lo que acepto para mí es lo que puedo presentar a los demás. No porque tenga que ser pintura no figurativa tiene que ser aceptada inmediatamente, ni tampoco por ser figurativa.

¿A qué se debe la temprana desaparición de Gaur?

El señor Barandiarán se interesó por la propuesta que yo le hacía y ofreció los bajos que tenía en la calle Bengoetxea: fue un regalo excepcional para nosotros. De ahí vino mi conversación con los artistas que formaron Gaur. Todo en cuestión de dos días. Hubo un tiempo de organizar exposiciones, un catálogo que interrumpimos y tensiones que se solucionaron. Pero a comienzos del 67 se interrumpió la relación con la galería Barandiarán porque sentíamos que se hacía uso político de nuestras obras sin consultarlo con nosotros. Eso era inaceptable.

¿Tuvo contacto directo con las vanguardias internacionales?

Estuve viviendo en París del 55 al 61. Cuando volví sabía hacer cosas por esa experiencia. Descubrimos cosas que nos podían ayudar a mejorar las nuestras; como los cambios en el sistema pedagógico.

¿Cuáles fueron las aportaciones del grupo Gaur al panorama artístico?

Eso habrá que preguntárselo a los demás. Lo que sí puedo decir es que suscitó un interés enorme. Si el gobernador civil quería cerrar aquello es que algo les molestaba.

¿Cuál ha sido la evolución del arte contemporáneo vasco?

No se puede hablar de arte vasco, hay que hablar de artistas. El arte que surge de ordenador es posible que tenga un interés, pero mí no es el que me interesa. No es la técnica la que hace una obra, es la persona la que se manifiesta a través de unas técnicas. Pretender que los artistas tengan que trabajar con las nuevas tecnologías es un absurdo. No es un burócrata de cualquier país el que decide cómo un pintor tiene que pintar. No somos ni funcionarios, ni empleados de un banco. El que quiera vivir de esa relación que lo haga. El arte lo hacen personas, no grupos.

Decía en una entrevista que espera muy poco del mundo contemporáneo, ¿qué lectura hace del arte que se está haciendo hoy en día?

Encuentro cosas recientes que me emocionan, pero no espero nada de los demás. Mi propia vida me ha demostrado a contar más conmigo mismo que con otras personas. No hay que contar con el mundo de la política cuando domina la cultura, por la sencilla razón de que la mayoría de ellos desconoce por completo el proceso creativo.

Si muchos de los artistas de hoy en día viven de las ayudas, ¿cuál es el futuro del arte si la crisis provoca que se eliminen esas ayudas?

Pueden trabajar de otras cosas. Si uno quiere ser artista debe serlo con todas sus consecuencias. Si alguien obtiene becas y puede sacar beneficio de ello... ¿por qué no? Pero pensar que esa es la constante para todo el mundo es un equívoco. Si hay un mecenas, independiente de la política, que quiere ayudar sin poner condiciones, bienvenido sea. Esas personas existen, no es cinismo. Conozco a bastantes que tienen esa voluntad, aunque ellos nunca pinten.

¿Y su producción artística actual?

Continúo pintando, es una necesidad para mí, porque la curiosidad es necesaria dentro de mi propia evolución. También hay que conocer lo que hacen los demás. He visto la exposición de Amable Arias y hay cosas muy interesantes. Pero si la gente no quiere ir porque le queda a desmano o no hay una tienda de ropa cerca... Ese es el problema de la libertad, unos no quieren ir y no van.