Vitoria. Cortada ya ha hecho su último fundido en negro, por lo menos en lo que respecta a este año. La sala Jimmy Jazz fue el escenario ayer de la última cita con el público tras cinco días intensos de proyecciones tanto en Artium como en los Guridi. La entrega de premios y la música de Max Gamuza y Silvia Superstar y Los Fabulosos (con la cantante, después, también en su faceta de Dj) pusieron el broche al certamen organizado por la Universidad del País Vasco con la colaboración de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.

En un territorio en el que, por lo menos en este 2012, la cita se ha convertido en el único festival en el que poder disfrutar de los cortometrajes en Álava, la cosecha de producciones llegadas desde todos los puntos del Estado ha sido inmejorable. Eso sí, de entre los 67 títulos seleccionados de los 587 cortos recibidos a esta convocatoria (un número récord) tiene que haber unos ganadores, los que conforman un palmarés que tiene en el puesto más alto al donostiarra Koldo Almandoz. El realizador se ha hecho con el primer premio gracias a su Deus et machina, un galardón dotado con 2.000 euros. Así lo decidió el jurado de la sección de ficción, compuesto por Borja Crespo, Iratxe Fresneda e Iñigo Salinero, que también distinguió a Mario de la Torre por Hambre (1.200 euros).

En lo que respecta a las categorías de animación y documental, cuyo palmarés fue decidido por Aitor Arregi, Lander Camarero y Txaro Landa, en el primer caso el premio fue para Ander Mendía por Beerbug, mientras que el segundo fue galardonado Sergio Oksman por A story for the modlins.

En lo que respecta a la sección bautizada como Gureak, que sirve para poner en valor el mejor corto vasco, el premio se repartió entre Gernika de Angel Sandimas y el alavés Paul Urkijo, que con su Monsters do not exist también se hizo con el galardón especial que concede el público a través de sus votaciones.

Eso sí, la noche dio para más. El premio de la Noche Freaky Power correspondió a El rastrillo se quiere comprometer, de Santi Veiga. Además, se quiso reconocer la labor de Julián Villagran (Walkie talkie) y la veterana Asunción Balaguer (Ojos que no ven) como mejores intérpretes, a lo que hay que añadir el galardón a la mejor fotografía, que fue a parar a Aitor Uribarri por su labor en Horizonte.

En lo que respecta a la distinción de la sección Hemengoak a la mejor producción alavesa, ésta recayó en José Albaina por su cortometraje Sueños y amoniaco.