Tal y como están las cosas en este mundo, hay quien pide resignado que la tierra se pare para bajarse. Pero ellos no se han rendido. No pretenden mirar hacia otro lado ni marcharse. Sólo han querido tomar un poco de distancia para ver las cosas con perspectiva. Desde la luna llegan ahora sus nuevas canciones para dar forma y fondo a un segundo disco que ya es realidad tanto en formato físico como si se descarga a través de Internet. Jabo Milenario está de vuelta. Y su rap no se calla. Ni allí, ni aquí.
"La verdad es que miras hacia la tierra y la historia se ve negra, negra", dice Olaso, quien comparte banda desde 2006 con Rubo y Ruan, aunque la historia de los tres viene de lejos, de La Adcrew. El camino alcanza ahora una nueva meta, como lo hizo en 2009 con la publicación de Lo prometido es deuda, una tarjeta de presentación autoproducida que tuvo una acogida más que interesante. Tras su salida, el grupo estuvo un año de conciertos para empezar, inmediatamente después, a dar forma a lo que hoy es su nuevo CD, un labor de dos años en la que cada paso ha tenido su razón y su peso.
"Queríamos ir con calma, sin correr, pensando mucho lo que estábamos haciendo", explica Olaso, consciente de que Desde la luna supone elevar de manera considerable el propio listón del trío. Así se puede rastrear en los 14 temas que componen un disco (bueno, el primer corte es más bien la banda sonora de un despegue) que ha sido grabado y mezclado en MildeJabo Estudios (un espacio creado por el combo en la capital alavesa) y masterizado en Madrid.
"No se salva nadie", admite Olaso. La actual situación económica y social está más que presente, aunque lo triste de todo esto sea pensar que también en su primer disco no faltaba a la cita la misma protagonista. Han pasado tres años y todo parece seguir igual... o peor. Pero también hay tiempo para hablar de otras muchas cosas en temas como Quemando la vida, Jumanji, Volando libre, Green Capital o Las calles arden. Casi todos los cortes han sido producidos por Ruan, aunque en esta tarea también han colaborado de manera especial Kalen Blaze y Pelayo. No han sido los únicos invitados a dejar su particular sello en el álbum. Ahí están también Dj Nead, Blime, Euri y Enoe.
"Cuando ha estado todo terminado, cuando recibes, por ejemplo, el álbum y le quitas el plástico para verlo y escucharlo... imagina", comenta Olaso, que comparte con sus dos compañeros las buenas sensaciones que les ha dejado tanto esfuerzo, una recepción positiva que ahora el público debe confirmar, algo que apuntan los primeros comentarios que están llegando al grupo, por ejemplo, a través de las redes sociales.
Así se completa una producción en la que al principio sólo había unos temas instrumentales que transmitían un sonido espacial que ha terminado por llevar a Jabo Milenario hasta el satélite más cercano.
El disco vio la luz de manera oficial el pasado 1 de octubre. De manera gratuita, se puede conseguir a través de www.jabomilenario.com, donde también está disponible su anterior referencia. Pero si se prefiere tener el disco entre las manos, también está a la venta por cinco euros tanto en varios locales de la capital alavesa como si se solicita una copia al grupo. Vamos, que no hay excusa.
Con el lanzamiento del álbum llega también el momento de encontrarse con el público. Pero como con todo el proceso de creación de esta apuesta sonora, el trío no tiene ninguna prisa. Hay que hacer las cosas bien, no rápidas. Sin prisa pero sin pausa, está previsto que dentro de no mucho llegue la presentación oficial en Gasteiz. Y después, sin parar tanto dentro como fuera del País Vasco. El escenario espera.
"Hemos grabado este disco desde la luna, todo ello lo hemos hecho sin ayuda alguna, seguimos el camino sin saber qué augura, cuidando los detalles, dándoles textura, echando la vista atrás, explorando los secretos del sistema solar. Nada nos podrá parar, seguimos fuertes hasta el final". Así habla el estribillo del último corte de este disco, un Hasta el final que juega el doble papel de diario del CD y de declaración de intenciones. Jabo Milenario no se rinde.