madrid. Tras ganar el Premio Alfaguara y el de la Crítica con El viajero del siglo, el escritor argentino Andrés Neuman regresa a la novela con Hablar solos, una obra "de contrastes" en la que reflexiona sobre el placer y el dolor, el sentimiento de culpa, la enfermedad y el sexo. Este libro supone un cambio de registro en su trayectoria, pero es que a Neuman le gusta "la sensación de aprendizaje que conlleva la escritura y la incertidumbre de no saber cómo se escribe el libro que tiene uno entre manos", afirmó ayer. De ahí que, por primera vez, se enfrente al reto de escribir una novela de monólogos, en los que desaparece la voz del escritor para dar vida a tres personajes diferentes pero unidos por la enfermedad y la muerte. Neuman quería que "fuese una novela de dolor y placer; en el caso del niño, que vive jugando, y del padre, que vive sufriendo. Pero también dolor y placer en un mismo personaje, el de Elena, que va del luto al orgasmo".
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