Vitoria. Nunca va a ser un auditorio pero hay que ver cómo se puede mejorar su acústica, si es que es posible. Por eso, el Ayuntamiento de Vitoria ha encargado un nuevo estudio, cuyo coste asciende a 20.000 euros, para estudiar posibles soluciones a aplicar en el Iradier Arena, sobre todo de cara a la realización de conciertos. Así lo explicó ayer Enrike Ruiz de Gordoa, responsable del espacio y autor, la legislatura pasada, de un extenso y preciso informe sobre lo que necesita el coso para ser polivalente.

Aunque el actual equipo de gobierno del Consistorio vitoriano sigue sin hacer ni la más mínima autocrítica por la construcción de esta infraestructura durante el mandato del popular Alfonso Alonso (con Javier Maroto y Encina Serrano como responsables de Hacienda y Cultura), nadie puede ocultar una realidad vista desde el primer momento, cuando en 2007 actuó allí Fito & Fitipaldis, más allá de que en algunos casos, como en el de Leo Harlem, el emplazamiento no tenga toda la culpa y también haya que mirar a determinados comportamientos profesionales, o mejor dicho, a la falta de ellos.

Ahora, se ha recurrido a la empresa AAC Acústica para analizar la acústica que en la actualidad ofrece el multiusos y proponer, en caso de que así se requiriera, las pertinentes mejoras para garantizar la calidad del sonido. Claro, que habrá que ver qué coste tienen las propuestas y si las arcas municipales están dispuestas a pagar, algo que no sucedió durante el mandato del socialista Patxi Lazcoz hasta que el Baskonia reclamó su uso y que en la situación actual se antoja como misión imposible.

De todas formas, y aunque desde el Consistorio se asume que el lugar nunca llegará a sonar bien, en la Comisión Municipal de Cultura celebrada ayer también se apuntó a la pericia de los técnicos de sonido de cada grupo a la hora de tener más o menos problemas. Es de esperar que estén a la altura quienes vengan con Marea el próximo sábado o con Manolo García el 30 de noviembre.