Vitoria. Ángeles Caso (Gijón, 1959) no ha querido hacer una novela histórica sobre la princesa de los Ursinos, más bien un fresco sobre lo que era el poder hace tres siglos y cómo ese relato se convierte en un espejo donde mirar la actualidad.

Una mujer que quiso ser rey. ¿Rey y no reina?

La princesa de los Ursinos es un personaje sorprendente. Estamos hablando de principios del siglo XVIII, cuando las mujeres que aspiran a ser poderosas tenían que meterse en la cama de algún hombre con poder y susurrarle cosas al oído; esa era su manera de ser poderosas.

¿La princesa de los Ursinos quería el poder sin pasarse por la cama de un hombre?

Ella quería el poder, como lo tenían los hombres y sin meterse en la cama de nadie;ella hizo su propia carrera política, como diríamos ahora. Llegó muy alto por sus propios méritos: su inteligencia, su talento y porque era muy ambiciosa, como son todos los políticos y todas las gentes del poder. Quiso ser rey y tener el poder completo sobre el trono de Felipe V.

Ahora las mujeres no necesitamos meternos en la cama pero tampoco conseguimos el poder.

Estamos mucho más cerca que antes pero estamos muy lejos de haber conseguido la igualdad absoluta. Aunque no hay comparación con lo que ocurría a principios del XVIII o con lo que ocurría hasta hace cincuenta años. Las mujeres no tenían existencia legal, estaban siempre bajo la tutela de un hombre.

Algunas mujeres sí se atrevieron a romper con esas trabas.

Pero estaban muy mal vistas. Eso no ocurre ahora. Esta mujer, la Ursinos, lo hizo. Fue uno de los personajes más importantes de la política europea del momento, también uno de los más odiados y uno de los más respetados. No tenemos el poder, pero sí hemos dado pasos.

¿Somos más hábiles ahora que podemos aspirar al poder aunque no lo consigamos o cuando susurrábamos entre las sábanas?

Detesto a las mujeres que susurran al oído del poderoso, detesto esa manera de obtener poder, detesto que se nos identifique con eso.

¿No cree que los hombres también susurran al oído del poderoso o poderosa de turno?

Por supuesto y también lo detesto. Lo de susurrar al oído se nos achaca más a las mujeres que a los hombres. Soy del norte y me gustan las cosas abiertas, de cara y claras. Hacerte pasar por lo que no eres no me gusta nada. A veces he oído a mujeres inteligentes decir que la mejor manera de que los hombres te traten bien es hacerte pasar por tonta. Eso me parece indignante.

‘En donde se alzan los tronos’ es una novela histórica protagonizada por una mujer. ¿Resulta difícil encontrar mujeres que hayan hecho algo interesante en siglos pasados?

Es difícil, pero las hay. La Historia como ciencia humanística se inventa en el siglo XIX y es, probablemente, el siglo más patriarcal de la historia de occidente. Los nobles historiadores decimonónicos escriben una historia de la que están completamente ausentes las mujeres, salvo alguna reina o amantes de reyes.

¿Las amantes?

Claro, es lo que gustaba. Es la Historia que ha perdurado durante el siglo XX, el mundo visto por hombres. La historia de las mujeres ha sido más oculta y menos brillante, han estado menos presentes en los ámbitos de prestigio y poder. Pero también ha habido mujeres brillantes, aunque durante décadas no se puso el foco sobre ellas. Esta mujer ha pasado a la historia como una intrigante.

Adjetivo que solo se suele poner a las mujeres.

Claro, se hubiera dicho que habría sido un gran estadista, el válido de Felipe V, el conde duque de Olivares, el gran político… Pero como era una mujer ha pasado como la intrigante. Has dicho en una de tus preguntas que era una novela histórica.

¿No lo es?

No he pretendido hacer una novela histórica, quiero dejarlo muy claro. No me interesan las etiquetas de género que acompañan a las novelas. El objetivo de mi novela es hacer un fresco sobre el poder y que sea una especie de espejo sobre el que se pueda contemplar el mundo actual.

En el mundo editorial hay sorpresas y de repente una novela se impone. Ahora mismo es una trilogía y estamos bajo ‘Las sombras de Grey’.

He ojeado esos libros muy por encima. Dedico muchas horas a leer y tengo tantas cosas importantes que leer... El fenómeno que se ha producido con estos tres libros me produce una sorpresa desagradable porque no entiendo cómo puede haber tantas mujeres que sigan teniendo ese tipo de fantasías, la del millonario que te va a salvar la vida y además te va a someter. Me ofende que triunfen libros que según me han dicho están muy mal escritos, encima me ofende que haya mujeres que tengan en la cabeza esta fantasía de sumisión al millonario.