Amberes. El Middelheim Museum de Amberes, toda una referencia en cuanto a museos al aire libre se refiere, ha abierto sus puertas este fin de semana tras una profunda renovación que marca el tono de una gestión sostenible del arte y el patrimonio de la capital flamenca. La metamorfosis llevada a cabo en este recinto de treinta hectáreas, situado en la parte exterior del cinturón de Amberes, es profunda en el sentido de que se ha ganado terreno para exposiciones al tiempo que se han modernizado sus instalaciones. Interesantes artistas como el controvertido Ai Weiwei, Roman Signer y Philippe Van Snick con sus nuevos trabajos centran los polos de atención de tan singular recinto, en contacto con la naturaleza.

Fue Cicerón quien dijo que la observación de la naturaleza y la meditación han generado el arte. Los amberinos, que antaño tuvieron una muy estrecha vinculación comercial con el puerto de Bilbao, lo entendieron así cuando en 1910 adquirieron un parque para evitar su parcelación. Pasó el tiempo y en los años 50 aquel idílico lugar fue elegido como sede de una exposición permanente de obras escultóricas modernas por iniciativa del entonces alcalde Lode Craeybeckx. Fue el punto de partida del actual Middelheim Museum, un espacio abierto al público donde se puede apreciar una colección de más de trescientas obras que cronológicamente empiezan por Auguste Rodin, el autor que posiblemente más influencia tuvo en la escultura a lo largo del siglo pasado.

La mayor parte de las esculturas están expuestas al aire libre y comparten el paso de las estaciones en medio de un hermoso marco natural poblado de tilos y robles. Las obras que exigen mayor protección se pueden ver en el interior de un pabellón. Además de Rodin, el museo recoge múltiples nombres de alto rango artístico, como Rick Wouters, Raymond Duchamp-Villon, Henry Moore, Alexander Calder, Vic Gentils, Ossip Zadkine y Roel D'Haese.

La principal atención de la reinauguración fue el artista chino Ai Weiwei, a quien se recuerda como uno de los asesores en la construcción del Estadio Nacional de Pekín donde se celebraron los Juegos Olímpicos de esta capital en 2008. En esta ocasión presenta un puente al estilo oriental sobre el riachuelo que discurre por el recinto con unos peldaños que unidos forman la silueta de China. Menno Meewis, director del museo, hizo este encargo hace dos años. La obra ha costado 200.000 euros, una cantidad que no le parece cara al responsable del recinto.

No es de extrañar que buena parte de la atención pública se centrara en Weiwei, un hombre muy conocido por sus críticas sociales. En 2010 fue arrestado en su país por acusar a la policía de destrozar su estudio como castigo gubernamental por la ayuda que prestaba a los disidentes. Su desaparición al año siguiente estuvo marcada por una gran controversia que acabó cuando fuentes gubernamentales chinas confesaron que lo tenían retenido por "crímenes económicos". Ya liberado, Weiwei es hoy uno de los más furibundos acusadores de la tortura que se lleva a cabo en las cárceles de su país.

Otra obra de singular trascendencia es la que presenta Roman Singer, un artista suizo que empezó como dibujante de un arquitecto y hoy es una de las figuras más destacadas del arte contemporáneo. En 2010 recibió el Premio de Meret Oppenheimer y está especializado en esculturas de acción, como el tobogán que montó en el Middelheim y por el que rodó un bidón azul por única vez en la reinauguración hasta caer en su definitivo lugar.

Otra de las novedades del museo es el pabellón semiabierto diseñado por Robbrecht y Daem de 240 metros cuadrados que alberga una exposición exclusiva con esculturas de cerámica realizadas por Thomas Schütte. Este artista alemán tiene una estrecha vinculación con este museo, ya que varias obras suyas se pueden ver al aire libre codeándose con The Mad Maiden del belga Rick Wouters, el Profeta del español Pablo Gargallo o con ese Pasaje de las horas, una colosal obra en aluminio, ladrillo, cemento, vidrio y fluorescentes que ha instalado el portugués Pedro Cabrita Reis contrastando con un moderno hospital que tiene de fondo ajeno al museo.

Aquí está el Milagro de Marino Marini, artista al que hace poco el escultor navarro José Ramón Anda, cuando presentó en Bilbao su expo en el Museo de Bellas Artes, consideraba su maestro.

Hablando de maestros justo es referirse al creador francés Rodin del que se pueden admirar sus bronces Venus Victrix y, sobre todo, una de sus obras maestras, Balzac, un encargo de la Societé des Gens de Lettres y para el que el escultor empleó una técnica impresionista, creando huecos muy marcados que acentúan los contrastes de luces y sombras. El listado de inquilinos del Middelheim Museum en Amberes puede ampliarse a Richard Deacon, Luciano Fabro, Panamarenko, Luc Deleu, Per Kirkeby… Arte y naturaleza juntos.