Madrid. Casi un siglo después, la leyenda de Fantomas, el famoso ladrón de guante blanco que nunca utilizó armas y que inspiró a uno de los míticos personajes de ficción, vuelve de la mano de sus descendientes con Leonor, la amante de Fantomas, un libro escrito por el nieto de la pareja, Eduardo Fioravanti.
Pero como la realidad supera la ficción, también el tiempo y el espacio han hecho posible que otro descendiente, en este caso del comisario Fernández-Luna, conocido como el Sherlok Holmes de la época, y quien detuvo a Fantomas en Madrid en 1916, su sobrino nieto José María Fernández-Luna, haya escrito otro libro que saldrá a final de año.
Ambos autores se han encontrado a través de las redes sociales, ya que no se conocían, como señaló Eduardo Fioravanti, pero los dos recuperan desde puntos de vista diferentes la historia de Fantomas y Leonor, esta excepcional pareja que se conoció en Buenos Aires, en 1914, cuando Eduardo Arcos, Eddy, alias Fantomas, era piloto acrobático y ella, una jovencita que acaba de llegar con su familia huyendo de la miseria y las deudas de su Toscana natal. En ese momento comenzó la gran e insólita aventura por todo el mundo, ya que ambos decidieron escaparse, muy enamorados, como Bonnie y Clyde, sin que ella supiera que le esperaba un camino con un curso rápido y acelerado de "cómo desvalijar a millonarios".
Una pareja, con una mujer muy avanzada para su época, que trajo en jaque a la policía internacional, que tenía una habitación reservada todo el año en el hotel Empire de Nueva York, desde donde se movía y que robaba joyas en los hoteles de lujo y en cruceros, o que, entre otras muchas cosas, trabajaron para el espionaje británico en 1940 consiguiendo las listas de los nazis que operaban en España. Así, Leonor, la amante de Fantomas es una especie de friso histórico de un episodio único, escrito por Eduardo Fioravanti, a quien su abuela siempre le quiso ocultar su pasado, como al resto de la familia, y que años después de su muerte, ocurrida en 1984 a los 93 años de edad, ha podido recuperar gracias a diversos documentos familiares y testimonios
Narrado en forma de ficción y en primera persona por la propia Leonor, el libro recupera y reconstruye toda la historia de esta pareja y de esta mujer, que en el mayo del 68 francés acudió a París desde el País Vasco en autostop para proteger a su nieto mayor, el autor del libro, donde estaba exiliado por la dictadura franquista, y todavía participó allí en mítines políticos. "En los últimos años tuve mucho contacto con mi abuela, añade el autor, porque era una mujer que siempre quiso proteger a los suyos y desde que mi padre muriera en Brasil, ella, que también estaba allí, separada de ya de Eddy, y con dos hijos más, quiso volver y se instaló en Madrid en 1960 para protegernos", precisó Eduardo Fioravanti, quien toma el apellido de su abuela.
Una historia que se completa con el libro que ha escrito José María Fernández-Luna, cuyo seudónimo es Patrick Ericson, autor también de Maleficium, quien en el volumen, con título provisional El festín de los dioses, y en clave de novela negra recupera también la figura del famoso y laureado comisario de Policía Fernández-Luna, que trabajaba como jefe de la brigada de investigación criminal en la antigua Dirección General de Seguridad.