De vuelta en Vitoria, ¿con ganas de volver a ese ambiente de jazz que se respira toda la semana?
Con muchas ganas. El año pasado grabamos una parte del disco doble en Vitoria y la otra, también prácticamente en directo, justo al volver a Barcelona.
Un disco doble hoy que no se compran ni simples. Un atrevimiento.
Sí, somos atrevidos. La idea parte de la Escuela Jam Session, hace dos años. Le planteo al director, Luis Blanco, componer unos temas, trabajarlos durante el año y, como fin de fiesta, estrenarlos en el festival. ¿Y por qué no lo grabamos? Es una especie de trofeo para la gente que ha acabado el nivel superior.
La improvisación en un disco y una segunda parte más arreglada.
No mucho más. Los temas se exponen al principio de la canción, luego los solos y el final. Hay doce composiciones y algún estandar arreglado para la ocasión, si estaba a 4x4, pues en 3x4, salidas diferentes, acordes más complejos. Otra mirada a temas antiguos que ellos han estudiado tantos años. Tocamos en Barcelona, en Tortosa y ahora el fin de fiesta. Para mí, como he vivido 25 años en Vitoria, es volver a casa. Para ellos es un lujazo estar aquí.
¿Qué recuerda del festival?
Fui a Vitoria en el 76. Lo he vivido desde los inicios, desde que se juntaron Kepa, Ángel Celada y otros músicos con la idea de traer gente. Iñaki Añua tenía una tienda de discos que yo visitaba casi cada día. No había Internet y se trataba de comprar discos y sacar hasta la última nota. Estaba intentando montar un festival con gente más profesional. Ahora me parece que es excesivamente profesional, con todas esas empresas grandes que patrocinan, pero en parte, gracias a ellos, se pueden hacer todas estas bestialidades. Me gusta mucho la idea de este festival con todos los bares de la zona implicados en la fiesta.
¿Qué momentos recuerda?
Con Estación Lisboa, que fue la primera banda que montamos, recuerdo haber hecho una versión de Herbie Hancock y luego me enteré que él mismo había estado por allí oyéndonos. ¡Me dio una vergüenza! Poder haber estado con Zawinul, con Weather Report, fue un placer. Gracias a Blanca Sanz he podido estar con los músicos. Si faltaba un amplificador, ahí estábamos todos los músicos de Vitoria para que no fallara nada. Los principios eran un poco más de barrio, más directos... pero luego seguían faltando cosas. No llegaba un camión, recibías una llamada. Que a Pastorius y Stern no les llega... Pues llamar a Guereñu, que le dejara un bajo, y yo una guitarra. Era un placer estar con ellos, y si encima toca tu instrumento... He aprendido muchísimo al poder hablar con ellos. Le quitas mito a la situación al hablar cara a cara con alguien de quien conoces sus discos de memoria. En el hotel se sigue manteniendo ese espíritu. Aún puedes, aunque está saturado de gente, estar con ellos...
¿Siempre le ha interesado el jazz?
Es más sencillo estudiar armonía moderna a través del jazz. Es una manera de meterte dentro. Pero también me gustan el blues y el rock&roll. He tocado en La Polla y ha sido un placer enorme, de las mejores bandas que han existido en este planeta. Es tan de verdad...
Al final eso es lo importante, que la música sea de verdad...
Claro. Que sea un acto muy natural. La improvisación tiene que ver con todo eso. Es una manera de hablar diferente a la música escrita, que está muy bien también.
Después de probar y tocar en muchos sitios, ¿en qué momento llega con su cuarteto?¿Un jazz con swing, purista, mezclado con rock?
Está más cercano al rock, porque el rock es una actitud. Yo creo que John Coltrane era un rockero. Miles Davis también. Bill Evans, Zawinul... Yo tengo 56 años. Sobre todo, el mundo del jazz es ya por mi edad (risas). Yo no me veo, con la tripa que tengo, ahí saltando y haciendo otra vez rock&roll con los Itoiz.
Hábleme un poco de sus compañeros de escenario...
Tocan de todo, cualquier estilo, y muy bien. Mi miedo era el natural. 'Quiero que os gusten los temas, si no, lo dejamos y hacemos estandars'. Y están encantados. Es tranquilo, un poco rockero a veces. Les gustó y se nota. Sin pasión sale una cosa muy uniforme, y lo uniforme se hace deforme rápido. Es así. Ellos se graduaron el año pasado y es la primera graduación europea hecha así en este país, con títulos de la Trinity College y la Rock School. Ahora se ha graduado más gente, pero ellos, al ser los primeros, tuvieron que mostrar más cosas. Hicieron un festival en Francia, tocaron por toda España, y eso también les ha hecho. Suenan redondos.