Madrid. Mujeres desquiciadas, incomprendidas, cuestionadas, sumidas en una eterna crisis de ansiedad: así son las heroínas de la escritora británica Sophie Hannah, cuya nueva novela llega ahora a España con otro caso turbador, el de alguien que confiesa haber asesinado a una mujer que, sin embargo, está viva. "Siempre escribo sobre mujeres que creen o parecen estar volviéndose locas, que ven las cosas de una forma diferente y a las que les suceden cosas que nadie se cree. Y creo que lo hago porque yo siempre me he sentido así", afirma la autora.
En Los muertos se tumban (Duomo Ediciones), el cuarto thriller psicológico de Hannah que se publica en España, un hombre confiesa a su novia, Ruth, que hace años mató a una mujer. Pero resulta que Ruth -quien también tiene sus propios secretos- conoce a esa mujer, que esta sigue viva, mientras su novio insiste en que la mató. Como para contarlo y que no te tomen por loca... "Me identifico mucho con esas personas a las que nadie cree, que se sienten incomprendidas por el resto del mundo. Cuando ves cómo tu vida personal y emocional se desmorona, debes sentirte como si te estuvieras volviendo loca, y es una sensación que me gusta traspasar a mis novelas. ¿De verdad está ocurriendo algo peligroso o esta mujer simplemente ha perdido la cabeza?", afirma Hannah. Y mientras sorbe tranquilamente un té, apostilla: "Son el tipo de situaciones en las que me veo a mí misma perfectamente". Porque para esta autora, hija de los reputados escritores Norman y Adèle Geras, los terrores femeninos más extremos son un fértil campo de inspiración. Dentro de la serie protagonizada por los detectives Charlotte y Simon, Hannah ha escrito sobre bebés intercambiados (No es mi hija), sobre mujeres a las que una aventura extramatrimonial se les complica hasta lo rocambolesco (La mala madre, Matar de amor) y ahora lo hace sobre un novio que era perfecto e inofensivo hasta que resulta tener un cadáver en el armario. "Escribo sobre cosas que me fascinan en cada momento. Más allá de la trama, en este libro lo que me interesa de verdad son los traumas pasados y la forma en que repercuten sobre nuestras vidas", puntualiza. También caracteriza a esta escritora su gusto por darle un par de vueltas de tuerca a los clichés del género. Por ejemplo, el argumento de Los muertos se tumban se le ocurrió mientras veía en televisión una serie policíaca en la que un hombre confesaba un asesinato que no había cometido para así proteger a su hijo, verdadero autor del crimen.