MADRID. De la Sierra ha hecho estas consideraciones durante un encuentro organizado por la Fundación MAPFRE para analizar el futuro de los festivales de cine, junto al ex director del festival de Gijón, José Luis Cienfuegos, el director del de San Sebastián, José Luis Rebordinos, y el del navarro "Punto de vista", Josetxo Cerdán.

Además, ha coincidido con todos ellos en la necesidad de que los festivales sirvan de vivero de nuevos espectadores, empezando por los más jóvenes, para que entiendan el cine español, lo amen y aprendan a verlo "en el entorno lógico", ha dicho De la Sierra, que es una sala de cine, aparte de otras posibles ventanas.

"Si los niños y los jóvenes no se educan asumiendo el valor cultural y social que tiene el cine, para qué hacer películas, si el público no existe", ha alertado De la Sierra.

En ese sentido, ha apuntado Rebordinos, "el de San Sebastián se ha salvado muchas veces por el público, pero (los festivales) envejecen", a lo que Cienfuegos ha añadido que también hay que recuperar a los "cinéfilos de cuarenta" y crear actividades paralelas que "retroalimenten" la ciudad que lo acoge, mientras Cerdá ha pedido "el hueco" para el público de cine especializado.

De la Sierra ha recalcado que los festivales pueden acogerse a algunos incentivos específicos de la ley de Mecenazgo, que "no tiene que ver con incentivos fiscales".

"Los incentivos fiscales de la ley del Cine y la ley de Mecenazgo son dos cosas diferentes que se están tramitando de forma paralela y, por eso -ha dicho De la Sierra-, en el debate público se están confundiendo; no es que haya trampa, es que el cine podrá estar presente, como en el caso de los festivales, en las dos".

FESTIVALES SOBREPRESUPUESTADOS

Aunque el ICAA ha rebajado un 16 por ciento el presupuesto para festivales, ha mantenido las subvenciones directas de un millón de euros para el Festival de San Sebastián; 100.000 euros para el de Málaga y 60.000 para el de Huelva, pero De la Sierra ha recordado que "hay distintas escalas de gobierno" a las que recurrir.

Rebordinos, Cienfuegos y Cerdán, y más tarde otros directores de festivales más pequeños que han opinado desde el público, se han quejado del daño que ha hecho al cine español la proliferación en 2001 y 2002 de festivales sobrepresupuestados, sin calidad técnica ni motivo, salvo "que el concejal de turno se hiciera la foto con el famoso".

"Esa burbuja de festivales reventó el mercado", ha comentado Cienfuegos, cuyo festival desapareció tras llegar al gobierno de Asturias Francisco Álvarez Cascos, que destituyó en pleno al equipo directivo de un festival "coherente" que había "ganado su prestigio paso a paso", según han coincidido los asistentes con el comentario de la moderadora, la periodista Rocío García.

"Gijón creció a base de credibilidad, se abrió hueco en el cine de autor y acercamos al espectador, trayendo directores inéditos y con estrategias agresivas de cara a los chavales, como precios reducidos", ha explicado Cienfuegos, quien, por otra parte, ha reclamado a los medios de comunicación reflexión sobre su papel en la supervivencia de los festivales.

Se ha cuestionado si se podrían "racionalizar" los requisitos para que un certamen de este tipo sea denominado "festival" de cine; si es posible medir con números su repercusión; y si los que no entiendan la necesidad de crear mercado y asuman su responsabilidad como industria morirán o, como le ha sucedido a "Punto de vista", tendrán que convertirse en bienales; y ha hablado de la necesidad de seguir trabajando codo con codo con Latinoamérica.