Vitoria. Si hace unos cuantos años los sellos se estampaban con rítmica velocidad, ahora apenas se ve a nadie acariciando la boca de los buzones. Hasta las fauces de los leones de Correos tendrán que acercarse quienes quieran disfrutar de los sonidos de la txalaparta este sábado, ya que finalmente el Ayuntamiento -tras una negociación- ha ofrecido este espacio y no la inicialmente solicitada ubicación de la Virgen Blanca para que la asociación Txalamako desarrolle una edición más, la decimotercera, su tradicional maratón.
En dos fases horarias se reparte la cita del fin de semana, entre festiva y didáctica, entre musical y reivindicativa. La primera tendrá lugar entre las 12.00 y las 14.00 horas, y la segunda de 18.00 a 20.00, convirtiendo la plaza de Correos en un punto de encuentro con este instrumento de raíz euskaldun y resonancias que van más allá del folklore. En el ágora de Postas, habrá txalaparta libre para todo aquel que desee probar su destreza, y los miembros de la asociación tocarán y compartirán sus entresijos con todo aquel que se aproxime a curiosear en su labor.
Al mediodía, probablemente los sones de la makila podrán escucharse por la calle Cuchillería, tras la comida, y por la noche, a las 20.00 horas, se sorteará una comida/cena para dos personas con boletos que se podrán comprar en Correos.
"Makila eskuan eta ibili munduan", reza el lema de la asociación alavesa en torno a este instrumento, por cuya difusión apostó la asociación, allá por el año 1998, organizando el primer maratón. De ahí el nombre del colectivo, Txalaparta Maratoiaren Koordinakundea: Txalamako. Impulsar este medio de comunicación, reconvertido -sobre todo- en catalizador musical, ha sido desde entonces el objetivo primordial de la agrupación, a través de la maratón, el Arabako Txalapartari Eguna -por pueblos del territorio-, subidas al Gorbea, presencia en el mercado gasteiztarra, cursos didácticos y presencias en otras fiestas sobre la txalaparta.
Tablas, caballetes y makilas volverán a viajar el sábado, esta vez hasta la fachada de Correos, para que el pasado resuene con ecos de futuro. Buscando oídos que se dejen llevar. Que quieran evocar.