Vitoria. "Nos estamos dejando la piel para buscar una salida al edificio (de Krea), que, probablemente, tendrá relación con la cultura o el mundo del emprendizaje". Poco más. El presidente de Caja Vital Carlos Zapatero intentó ayer salir del paso ante la situación en la que se encuentra la entidad financiera de cara a la sociedad alavesa al haber finiquitado el proyecto de su centro cultural, despedir a sus trabajadoras en menos de 48 horas tras la marcha de la directora Araceli de la Horra con unas formas que han provocado el malestar del comité de empresa, y, sobre todo, dejar vacío un complejo en Betoño que ha costado 18 millones de euros.

Aunque el también vicepresidente del nuevo Kutxabank insistió, en una entrevista realizada en Radio Euskadi, en que la Vital no está tirando a la basura dinero de sus clientes y menos en época de crisis, cabe recordar que la misma idea, la de compatibilizar usos culturales y empresariales en el antiguo convento de las Carmelitas, ya ha sido lanzada durante y tras el pasado verano por el propio Zapatero en varias ocasiones sin que hasta el momento se haya concretado nada más. Aún así, el responsable socialista aseguró que es cuestión de muy poco tiempo que se puedan hacer públicos los planes de la entidad alavesa.

Zapatero señaló que el proyecto, llamado a ser la gran apuesta de la Obra Social para el siglo XXI, nació en una época "en la que era fácil obtener unos buenos guarismos en la cuenta de resultados" pero "ahora la crisis se ha agudizado y por ende hemos de plantearnos que hay que hacer con el proyecto".

Según detalló, "alumbrar Krea mal contado, nos costaría una cantidad anual superior a los cuatro millones de euros", que son "muchos". Por tanto, el centro "no es viable tal y como se concibió, y hay que buscarle una solución", apuntó el máximo responsable de la entidad alavesa.

Con todo, la indefinición sigue siendo la tónica general a la hora de referirse al malogrado proyecto, un futuro incierto que dentro de la propia entidad alavesa llega también al resto de la Obra Social. A la falta de confianza está ayudando, además, la política comunicativa que está llevando a cabo la caja. Aún así, es evidente que la Vital no se puede permitir tener vació el complejo de Betoño durante mucho tiempo, máxime cuando algunos de sus compañeros de fusión están dando pasos en el camino contrario (cabe recordar que no hace ni un mes la Kutxa guipuzcoana anunció su implicación económica en Tabakalera, aunque no es que el centro cultural donostiarra esté tampoco en una situación ejemplar, ni mucho menos, en lo que a la concreción de su proyecto se refiere).

Lo único seguro hasta el momento es que Krea ya es pasado así como la mayor parte de los contratos existentes.