Nueva York. El médico personal de Michael Jackson, Conrad Murray, fue declarado anoche culpable de homicidio involuntario por suministrar al cantante un anestésico que terminó causándole la muerte, según determinó ayer por la tarde un jurado que había deliberado durante nueve horas.

Los doce miembros del jurado alcanzaron el veredicto por unanimidad tras las deliberaciones, que comenzaron el pasado viernes.

La secretaria judicial Sammie Benson se encargó de leer el veredicto de culpabilidad que Murray, de 58 años, escuchó con la mirada perdida mientras alguno de los presentes en la sala no pudo evitar un grito de alegría.

La madre de Michael Jackson, Katherine, su padre, Joe, y sus hermanos Jermaine, Rebbie, Randy y La Toya, estuvieron presentes en la vista, al igual que la madre de Murray y Nicole Álvarez, la madre del sexto hijo del médico.

La decisión del jurado fue recibida con algarabía a las puertas de los juzgados donde se congregaron decenas de personas que corearon "Justicia para Michael" y algunas no pudieron contener las lágrimas tras saber que Murray iba a ir a la cárcel por el fallecimiento del rey del pop.

El cardiólogo, de 58 años, se enfrenta a una pena máxima de cuatro años e incluso podría quedar en libertad condicional. El juez dictará sentencia el 29 de noviembre, fecha hasta la cual el médico permanecerá en prisión sin posibilidad de fianza. Murray también se enfrenta a la posible pérdida de su licencia médica, después de que las autoridades del estado de California ya hayan dictado una suspensión sobre la que aún no se han pronunciado Nevada y Texas.

El juicio, desarrollado en Los Ángeles ante una gran expectación mediática, arrancó el pasado 27 de septiembre y ha durado cuatro semanas. Durante este periodo, la fiscalía ha insistido en que Murray administró a Jackson una dosis letal de propofol, mientras que la defensa ha centrado sus alegatos en que el cantante era un adicto y se inyectó él mismo el fármaco por el que murió el 25 de junio de 2009.