Vitoria. Una vez más, la crisis. La trigésimo sexta edición del Festival Internacional de Teatro de Gasteiz mira a su comienzo el próximo 6 de octubre consciente de que la situación económica no sólo no ha mejorado con respecto a años precedentes, sino que incluso da la impresión de que va a peor. Su presupuesto ha vivido un nuevo recorte hasta quedarse en los 350.000 euros. La clave está en que eso no se note o por lo menos no demasiado para que el público vuelva a responder como lo ha hecho en las últimas ediciones. Eso sí, también hay que animar a los espectadores con otros caramelos más allá del cartel en sí, por lo que los precios de los abonos bajarán un poco y los de las entradas se mantendrán igual.

Esa filosofía de ajuste de puertas hacia dentro pero también hacia fuera es lo que marcará un certamen que, por lo demás, presentará 32 espectáculos, 13 de ellos extranjeros, produciéndose, además, tres estrenos estatales, dos absolutos y ocho en el País Vasco. Todo ello con el Principal como espacio central, aunque el evento también viajará a los escenarios de los centros cívicos Hegoalde (Jesús Ibáñez de Matauco) y Lakua (Federico García Lorca), así como al Txoroleku ubicado en pleno parque de la Florida.

Con ilusión pero también con esa incertidumbre que produce no saber cómo reaccionará el respetable en momentos en los que el bolsillo hace tiempo que está en las últimas se ha confeccionado una programación presentada ayer por la responsable de la Red Municipal de Teatros, Marta Monfort, el asesor del Gobierno Vasco, Pello Gutiérrez, y la consejera del Servicio de Planificación Cultural y Fiestas, Encina Serrano, quienes, por cierto, quisieron tener palabras de recuerdo a Félix Petite, co-fundador del festival, de quien hoy, precisamente, se cumple un año de su fallecimiento.

Cita heterogénea Desde Suecia, Francia, Cuba, Islandia o Italia llegarán algunas de las propuestas de un certamen que se desarrollará hasta finales de noviembre y que contará con una inauguración noruega. El Premio Nacional de Teatro Jo Stromgren tomará los días 6 y 7 de octubre las tablas de la calle San Prudencio con un montaje lleno de humor gestual pero también de crítica social y política.

A partir de ahí, el público se reencontrará con nombres ya conocidos (entre grupos, intérpretes, dramaturgos y directores) como Juan Echanove, Alicia Alonso, Helena Pimenta, Héctor Alterio, Marcial Álvarez, Albert Pla, La Abadía, Carmelo Gómez, Andrés Lima y Pep Bou, entre otros, que acudirán para presentar sus últimas propuestas, en las que, como de costumbre, habrá espacio para la música, la danza, el circo y otras expresiones.

Eso sí, no hay que olvidar en este relato el regreso de La Zaranda, compañía andaluza que en 2010 consiguió el Nacional de Teatro después de décadas de trabajo sobre las tablas y que siempre ha contado en Vitoria con uno de los pocos espacios del Estado donde se le ha tratado como merecía.

Con la llegada del otoño, además, se recuperará la programación infantil en el Principal (un cartel que siempre roza el 100% de ocupación), y el Festival Internacional de Teatro volverá, junto a Paraíso, a ofrecer el ciclo para bebés, aunque en esta ocasión se representarán más obras y en más sesiones para intentar paliar la fuerte demanda que se produce todos los años. Con otra compañía alavesa, Porpol, el evento, como en las tres últimas ediciones, centrará su mirada en los distintos lenguajes de las artes escénicas. Esta vez será el clown quien reclame su protagonismo a través de diferentes representaciones pero también de un taller impartido en el TAE.

Esquema Sin grandes novedades en lo que es el aspecto formal del certamen se refiere, el público ya puede ir componiendo cuál será su propio festival, máxime teniendo en cuenta que las fórmulas mixtas de venta de abonos para cuatro y seis espectáculos han terminado por consolidarse entre los espectadores.

Además, por primera vez, los interesados en asistir a los montajes de los centros cívicos podrán comprar sus entradas a través de Internet, un objetivo que la Red de Teatros tenía desde hace tiempo puesto que, por lo general, los espectadores de estos espacios suelen tener una edad media más baja y demandaban desde hace tiempo tener la posibilidad de recurrir a las nuevas tecnologías para reservar su espacio.

La venta de abonos y entradas se producirá a finales de septiembre (el día 22 comenzará todo el habitual proceso), una campaña de compra que el Consistorio espera que funcione también a tenor del esfuerzo realizado para contener precios. Así por ejemplo, quien quiera asistir desde el patio de butacas a los 12 espectáculos para adultos del Principal deberá pagar 152 euros, siete menos que hace doce meses. Con el resto de modalidades pasa casi lo mismo, o bajan un poco (algo que ahora parece un milagro) o se mantienen igual.

La cuestión, al fin y al cabo, con el cartel y con la política de precios es la misma de siempre, es decir, que el público no tenga excusas para no querer ir al teatro. En los últimos años no ha pasado eso y, de hecho, el festival ha superado récords de asistencia. Habrá que ver qué pasa en este 2011.