Casi sin darse cuenta, el XXXV Festival de Jazz llega hoy a su despedida. Y como siempre en estos casos, se puede optar por un final descafeinado o por uno que, por lo menos en teoría, mantenga el listón bien alto. El certamen gasteiztarra, como casi siempre, ha optado por la segunda opción. Más allá de los nombres que van a subir esta noche al escenario de la doble sesión, será el recuerdo de una leyenda que ya no está lo que marcará esta última doble sesión. Miles Davis volverá a Gasteiz, aunque en realidad no sea de forma física.

En septiembre se cumplirán 20 años de la muerte del que para muchos, más allá del jazz, fue el mejor músico del siglo XX. El mismo hombre que el 12 de julio de 1988 se presentó en el viejo polideportivo para desplegar toda su magia. No estaba en un gran estado físico y, de hecho, acabó tirado en un sofá de los vestuarios exhausto después de la actuación sin casi poder moverse, pero, aún así, demostró quién era. Fue un día que es seguro que ninguno de los presentes ha conseguido olvidar.

De todas formas, mejor ir poco a poco, que esta última cita viene repleta de consideraciones. Lo primero, recordar que la música empezará a sonar a las 21.00 horas y que las entradas están a la venta por 40 euros, aunque los más rezagados ya pueden darse prisa puesto que no quedan muchas. Lo segundo, decir que la noche la abrirá el trío de Danilo Pérez, quien dará paso al grupo liderado por Marcus Miller, Herbie Hancock y Wayne Shorter, una banda de lujo formada de manera exclusiva para recordar al mito de Alton que tan sólo va a ofrecer siete conciertos en el mundo, siendo el único en el Estado el de la capital alavesa.

Los sonidos iniciales llegarán de las manos del pianista panameño, un Pérez al que ya ha habido la fortuna de disfrutar en Gasteiz. Alguno pudiera pensar que a él le toca la papeleta más difícil ya que le toca abrir una doble sesión donde lo que se espera con muchas ganas es la segunda parte. Pero quien piense en su recital como un mero trámite es que ni conoce la trayectoria de este hombre, ni tiene muy claro qué se puede esperar de él.

En su particular bagaje profesional, el intérprete y compositor puede presumir de unos cuantos premios, de discos que hoy son toda una referencia para el jazz latino y de haber colaborado con nombres como los de Dizzy Gillespie, Charlie Haden, Michael Brecker, Joe Lovano, Tito Puente, Wynton Marsalis y Roy Haynes. Es más, y mirando a esta edición del Festival de Jazz, en su camino también han estado Rubén Blades, Giovanni Hidalgo y el propio Shorter (quien, por cierto, publicó un disco con varios directos cuando tocaba con Danilo entre cuyos temas también están algunos de los interpretados a su paso por Vitoria).

Por estas razones pero también por otras muchas sería un grave error pensar en su concierto como algo de consumo rápido. Nada más lejos de la realidad. Y quien tenga dudas sólo tiene que volver a poner PanaMonk o visitar su último disco, Providencia.

Después, el relevo lo tomará ese quinteto de lujo sostenido por Miller, Shorter y Hancock junto a Sean Rickman a la batería y Sean Jones a la trompeta. En teoría, lo que sucederá esta noche no será tanto un intento de copia disfrazada de homenaje de lo que fue la música de Miles, sino un intento por recordar de manera honesta y creativa a una leyenda.

En diferentes momentos de la vida de Davis, Shorter, Hancock y Miller fueron piezas fundamentales de esa senda que el de Alton siempre seguía, es decir, cuando llegues a tu límite intenta superarlo porque ahí reside la posibilidad de hacer la mejor música. Junto a los dos primeros formó uno de los mejores grupos que jamás ha conocido el jazz. Junto al tercero, como músico pero sobre todo como productor, consiguió encontrar alguien que le entendía de principio a fin.

En diferentes momentos y a través de distintos canales, Miles siempre mostró su devoción por los tres. No le dolieron prendas en ponerlos por las nubes, llegando a situar a Hancock como un músico tan influyente como él. Lo cierto es que con ellos y con otros, el trompetista actuó de profesor que ve cómo sus alumnos le abandonan para, aplicando todas sus enseñanzas, convertirse en líderes de categoría.

Es Miller quien se encuentra detrás del actual proyecto. Él tuvo la idea de hacer una pequeña gira por Europa que sirviese para recordar al genio en este vigésimo aniversario, aunque la realidad dice que la música de Miles sigue estando hoy en plena vigencia. Él, aún muerto, marca todavía muchas pautas y es referencia para las nuevas generaciones. Este proyecto se tradujo, en un primer momento, en un tour por seis grandes festivales, siendo Gasteiz la última parada, aunque en el último momento se sumó una séptima cita.

"Debes tocar por mucho tiempo para ser capaz de tocar como tú mismo", decía Miles. Los tres que hoy le recuerdan han aplicado al pie de la letra esa máxima y eso ha contribuido a situarlos en lo más alto del panorama internacional. De todas formas, Davis seguro que esta noche les pediría ir un paso más allá.