Madrid. Isabel Allende desciende al infierno de las drogas en su nueva novela, El cuaderno de Maya, una obra actual, urbana, con cierto aire policíaco y que, como todos sus libros anteriores, le ha servido a la escritora chilena para "poner orden" en su vida y para salvarse de la locura. "Si yo no escribiera, estaría loca, en una institución amarrada a una cama", aseguraba ayer Isabel Allende a Efe, antes de presentar su novela en la Feria del Libro de Madrid, donde firmará ejemplares el sábado. Su nueva obra supone un importante cambio de registro en sus 30 años de trayectoria literaria, ya que abandona los temas históricos y cambia el lenguaje habitual por el de Maya, una chica joven de 19 años que, debido a su adicción a las drogas, cae en la prostitución y en la delincuencia y se ve perseguida por el FBI.
"El libro no está destinado a los jóvenes, aunque sería muy bueno que lo leyeran", advierte Allende, que ha jugado con el contraste que existe entre las ciudades estadounidenses en las que crece Maya, Berkeley y Las Vegas, y la soledad del archipiélago de Chiloé, al sur de Chile, donde la protagonista se reencuentra consigo misma. Allende conoce el mundo de las drogas de cerca. Los 3 hijos biológicos de su marido, el abogado y escritor californiano William Gordon, han sido drogadictos. La hija murió por "droga contaminada". Uno de los hijos "se ha pasado la vida entre cárceles e instituciones y el tercero se salvó después de diez años de heroína. He visto todas las etapas y sé que es posible salir de la droga, aunque cuesta mucho", dice. Para el libro se ha informado sobre las drogas que toman ahora los jóvenes, "cada vez más terribles y peligrosas", antes de defender con claridad "la legalización". "La guerra contra las drogas está perdida de antemano. Se ha enfrentado como un problema militar y es un problema de salud pública. Siempre va a haber adictos. Mis nietos, y yo incluida, hemos probado la droga, igual que hemos probado el alcohol. Luego unos se hacen adictos y otros no", señala la escritora, partidaria de "invertir en educación todo el dinero que se invierte en armas" para tratar de combatir este asunto.