Donostia. Por primera vez en la historia de Musikene, y tras la renuncia en los últimos días de 13 de los miembros de la Junta Directiva, los dimisionarios, miembros del profesorado y alumnos pusieron ayer rostros y nombres al conflicto que sufre el Centro Superior de Música del País Vasco. Es su último intento, tras protestas, cartas cruzadas y renuncias en bloque, para que la consejería de Educación del Gobierno Vasco modifique "el rumbo" del centro que precisa un urgente cambio de dirección. De acuerdo a su descripción, en Musikene se ha instaurado "un régimen de terror".

Para contextualizar una compleja situación en la que se mezclan despidos, una "gestión unipersonal y despótica", "falta de transparencia", "sospechas de prevaricación", "quiebra absoluta de la confianza", y diferencias radicales de criterios educativos, la subdirectora de Ordenación Académica en funciones, Margarita Lorenzo, que ejerció de portavoz de los dimisionarios, retrocedió hasta el 1 de abril.

Es la fecha que encabeza la misiva dirigida al director académico, Juan Carlos Pérez, en la que enumeraron las situaciones que a su juicio debían cambiar en el centro. La "merma notable en la calidad de la enseñanza", la "injerencia constante" de la coordinadora general, Carmen Rodríguez Suso, "las nuevas contrataciones realizas bajo falsos pretextos", la "imposición de reglamentos totalitarios" o la sobrecarga de trabajo con asignación de labores sin un fin claro. Los subdirectores no han tenido vacaciones de Navidad ni de Semana Santa por tareas que siempre eran "urgentes", de un día para otro. "Hemos redactado memorias de 700 páginas que no iban a ninguna parte o preparado documentos para el Patronato que no eran precisos", describió Lorenzo.

Hubo un nuevo intento de reconducir la situación en un encuentro celebrado en Loiola entre los tres subdirectores y el director académico en la que éste les dijo que estaba "de su parte", que "la coordinadora era el problema de Musikene" y que era probable que abandonase su puesto. "Una semana después, donde dije digo, digo Diego y ante la no respuesta a las peticiones" se precipitaron las dimisiones de dos subdirectores y la secretaria académica. Era el 3 de mayo. 72 horas después, les seguían los ocho responsables de departamento y un coordinador. El pasado día diez hubo otra renuncia.

Musikene fue creado como un centro puntero y "la dirección no lleva esa dirección". Falta "tranquilidad", "un modelo claro y transparente", hasta el punto de que "ninguno de los dimitidos conoce el proyecto docente ni las ideas en las que se fundamenta", explicó.