Vitoria. Como un enfermo sin diagnóstico claro. Así ve el PNV al centro cultural Montehermoso. Las valoraciones sobre su funcionamiento que hace unos días pidió este partido a la concejal Maite Berrocal parece que no contentaron a los jeltzales, que quieren mantener vivo el debate, entre otras cosas, porque detectan inquietud también entre el sector creativo gasteiztarra. Ven como cuestionables sus datos de asistencia, tienen serias dudas sobre si alcanza alguno de sus objetivos, critican una política de comunicación nula para con la sociedad, consideran que el espacio no está todo lo cerca de la ciudad que debería, y piden explicaciones más exhaustivas de si el gasto de dinero público se traduce o no en una acción eficiente y de servicio.
Ante este panorama, los nacionalistas, en boca de la edil Jone Zamarbide, pidieron ayer que se den dos pasos a corto plazo. El primero, la realización de una encuesta entre la ciudadanía para medir el grado de conocimiento y satisfacción de los ciudadanos con el proyecto que desde hace cuatro años se viene desarrollando en lo alto de la colina. A juicio de los jeltzales, la distancia entre el espacio y quien lo financia a través de sus impuestos (es decir, los vitorianos) es importante, pero sería necesario hacer una foto fija para comprobarlo y tener "una imagen real" de la situación.
Pero no sólo se busca conocer cómo perciben los vitorianos al centro, sino también "comprobar hasta qué punto, Montehermoso es considerado un servicio público" y, por lo tanto, se tiene que invertir en él tal y como está ahora planteado. De hecho, Zamarbide quiso dejar sobre la mesa que entre los dos últimos años se han invertido 3,7 millones de euros en el proyecto municipal, sin que su partido tenga nada claro que ese dinero tenga una verdadera utilidad para la sociedad.
El segundo paso a dar, y relacionado con lo anterior, para el PNV sería la creación de un consejo asesor compuesto por expertos y profesionales que se sume a la gestión de Montehermoso para, sin que ello signifique cambiar su finalidad, darle un nuevo enfoque, realice una programación más polivalente y tenga nuevas propuestas.
En este sentido, Zamarbide aseguró que la supuesta especialización del centro en las políticas de igualdad dentro del arte contemporáneo no está teniendo ninguna repercusión ni relevancia, ni está aportando nada al "empoderamiento" de la mujer. De hecho, la edil aseguró que el Ayuntamiento sabe que las valoraciones que el propio gobierno socialista ha realizado no son buenas y es por eso que no las hace públicas.
La representante jeltzale incluso se cuestionó si alguien se percataría de un posible cambio en el único centro cultural municipal o si pasaría del todo desapercibido. "Basta con pedir opinión a cualquier agente cultural de la ciudad para darse de bruces con la cruda realidad de este proyecto. Después de una inversión de muchos millones de euros, este centro cultural no busca las herramientas para atraer público, no cuenta con una política de comunicación efectiva y no se puede constatar un mínimo enraizamiento en la cultura local. Hay una pregunta determinante sobre Montehermoso: si su proyecto se cancelara hoy mismo, ¿qué poso quedaría en la ciudad? Nos tememos que muy poco".