Vitoria. No hay mejor estreno que una gala de celebración. Así abrió ayer su etapa al frente de la cartera foral de Cultura Malentxo Arruabarrena, presidiendo en el Museo Bibat el acto de entrega -la constatación física- de los galardones artísticos que otorga Diputación. Literatura, música y arte ya han certificado con cheques y trofeos a sus ganadores de 2010.
"Es un honor y una satisfacción iniciar mi trabajo al frente del Departamento de Euskera, Cultura y Deportes reconociendo y premiando en un mismo acto la producción literaria, musical y artesanal de este último año, tanto en euskara como castellano", apuntó la hasta hace poco concejala jeltzale, que se felicitó por el hecho de que, "pese a que llevamos unos años inmersos en una situación económica complicada y difícil, la crisis no parece haber afectado a la capacidad creativa de nuestra sociedad a la vista de la cantidad y calidad de los trabajos presentados a los distintos certámenes artísticos organizados por el departamento, algunos de los cuales tienen casi cuarenta años de historia a sus espaldas, como es el caso de los premios Ignacio Aldecoa".
Premios, los bautizados en honor del autor de Con el viento solano, que cerraron la gala premiando la labor Carmen Méndez y José Mari Segurola, continuando el torrente de letras que abrió el manantial del Ernestina de Champurcin de Poesía (Blas Muñoz y Juan José Ispizua) y conectaron los meandros ensayísticos del Becerro de Bengoa, que fue a parar a Carlos Goñi y Xabier Agirre. No confundir con el diputado general.
Antes, la artesanía había reivindicado su carácter artístico con los galardones del Certamen de Artesanía Blas Arratibel, que fueron a parar a Josu Meabebasterretxea (Artesanía Tradicional), José Ángel San Martín (Nueva Creación) y María Adoración Zurbano (Premio Especial Artesanos de Álava). La música fue la encargada de inspirar la apertura de la gala, poniendo el foco en las partituras de los grupos Tom Tom Makuts y Xasta.
Además de recordar a los creadores que les dieron nombre, los galardones, aseguró Arruabarrena, sirven "para estimular a posibles y futuros escritores de cuentos, ensayos y poesía, así como, a los nuevos artesanos y futuros artistas musicales. En los tres casos se requiere de imaginación, destreza y muchas dosis de sensibilidad para crear historias, imágenes que, al menos por unos instantes, nos hagan olvidar la cruda realidad o que, por el contrario, nos permitan ver las caras ocultas del prisma en que vivimos". Tantas caras como las que ayer se dieron cita el el Bibat.