madrid. Solitario, desarraigado y de una sinceridad corrosiva, así es Wilson, el personaje que da título a la última novela gráfica del reconocido dibujante estadounidense Daniel Clowes, una obra habitada por seres errantes y alienados, en opinión de su autor. "No quería empezar un libro sobre un gran tema, así que intenté construir un álbum sobre la alienación a través de un personaje que fuera atractivo", apunta Clowes (Chicago, 1961). El resultado ha sido Wilson (Mondadori), un cómic cargado de ironía y desencanto que relata la errática existencia a lo largo de varias décadas de un habitante de 43 años de la ciudad Oakland (California), un tipo solitario, cáustico, que no tiene cortapisas en disparar verdades a la cara de quienes se le cruzan en el camino.
"Creo que Wilson no trata de ser odioso, él quiere ser tan sincero como sea posible -comenta Clowes-. Lo que pasa es que él no quiere tener contacto con personas que no se enfrenten a sus verdaderos sentimientos, digamos que quiere escuchar a gente receptiva y sincera". El problema es que nadie desea escuchar "verdades" de un extraño, explica. "Yo me he encontrado con personas a las que realmente no les gusta Wilson. Creo que son aquellos que no están en contacto con esa parte (odiosa) de sí mismos; es demasiado para ellos que él les recuerde eso", señala.