granada. El cantaor Enrique Morente recibió sepultura en el cementerio de San José en una ceremonia en silencio sólo roto por los llantos de su familia y los aplausos de los cientos de personas congregadas en el camposanto. No se ha oficiado misa-funeral, aunque el padre de la niña onubense Mari Luz, Juan José Cortés, le dedicó, como pastor evangélico, unas últimas palabras. El entierro estuvo abierto al público, aunque cerrado a los medios gráficos, y a él asistieron, además de vecinos del barrio donde el cantaor nació, el Albaicín, destacadas figuras del flamenco como Vicente Amigo, Farruquito, o Chiquetete, otros amigos como Enrique Ponce y Paloma Cuevas, Miguel Ríos, Luis García Montero y Almudena Grandes, y autoridades locales.
Antes del entierro, unas 5.000 personas quisieron despedirse de Morente en la capilla ardiente instalada en el Teatro Isabel la Católica, donde tuvo lugar un emotivo homenaje en que la hija del cantaor, Estrella, dedicó a su padre Habanera imposible, del cantautor granadino Carlos Cano, un tema con versos como Granada no tengas miedo de que el mundo sea tan grande que ha concluido derrumbándose sobre el féretro.
Previamente, el poeta Luis García Montero leyó un texto con el que se dirigió a Enrique, "que ha muerto lleno de vida, de ilusión, de fuerza, siendo manantial". "Nos quedan tus mil lecciones de humildad y tu familia, porque has fundado una estirpe. Qué difícil despedirse de ti. Descansa en tu tierra", ha dicho el poeta, que echa en falta su "humor". "Tu forma de reírte con los ojos, como cuando se te preguntaba si hablabas inglés y tú decías que sólo algunas noches". "Tal vez algún día podamos encontrar las palabras para explicar lo que te queremos", ha dicho.