"Musikene está en un limbo de arbitrariedad; temo que el daño que se está haciendo sea irreparable"
Juan José Pujana (Bilbao, 1943) fue coordinador general del Centro Superior de Música del País Vasco entre 2005 y 2009. "Ha sido un grandísimo honor poder estar en esta institución, conocerla por dentro y admirar lo que en estos años se ha hecho", confiesa
Donostia. "No tengo ganas de entrar en ninguna polémica, no lo necesito, únicamente mi propia conciencia me ha hecho salir a la opinión pública al ver la serie de injusticias y tonterías que se están diciendo", advierte el ex coordinador general, antes de repasar su propia experiencia en el Centro Superior de Música del País Vasco y su diagnóstico sobre la crisis actual.
¿Comparte algunas de las críticas que se están difundiendo ("gestión insostenible", "orientación excesiva hacia las actividades de producción"...)? ¿Las detectó cuando era coordinador general?
Encuentro todo esto como un disparate, una enorme irresponsabilidad, porque se está poniendo en juego la propia viabilidad de la institución. Me temo que el daño que se está haciendo sea irreparable. Desde luego, no es de justicia. Se están propagando cuestiones que no tienen ningún fundamento y se está intoxicando a la opinión pública. Se están echando cortinas de humo para distraer no sé qué.
¿Es Musikene, tal y como ha sido concebido hasta ahora, insostenible económicamente?
La sostenibilidad de Musikene estaba y está perfectamente garantizada. En cuanto a la evolución de los presupuestos, Musikene ha ido creciendo en forma vegetativa. En 2007 el presupuesto fue de 10.406.000 euros; en 2008, fue de 10.442.953, es decir, menos de un 0,16% más; y los de 2009, de 10.575.000 euros, 1,2 % más que el presupuesto de 2008. Los de 2010, sorprendentemente, según tengo noticias, debe ser del orden de siete millones de euros, un 33% menos que el presupuesto anterior. Con esa cifra no se llega a pagar los honorarios de los profesores. Las cuentas y las actividades de Musikene han sido controladas por auditoría interna del departamento y auditoría externa, todos los años.
Sostiene que vincular la sostenibilidad del centro con los ceses supone "desviar la atención sobre las auténticas intenciones de la nueva coordinadora general". ¿Cuáles son esas intenciones?
No lo sabemos. No sabemos si es reducir Musikene a una escuelilla de tres al cuarto o qué. Me ha parecido absolutamente injusto, indigno y miserable cómo se ha tratado a la dirección, que ha sido puesta en la calle. Son profesionales de grandísimo prestigio y se ha puesto en duda su honorabilidad. Una de las cosas que más me ha sorprendido es que una de las primeras actuaciones de la actual dirección haya sido la suspensión del Reglamento Orgánico, sin haber sido sustituido: es una cosa inaudita, no he visto en ninguna parte que haya sucedido algo así. Hoy en día, Musikene está en un limbo de arbitrariedad que es insoportable y antijurídico.
Los actuales responsables consideran que el proyecto de la nueva sede es desmesurado.
Musikene sobrevive de una manera milagrosa, gracias a la buena voluntad de los alumnos y los profesores, porque se están impartiendo las clases en cuatro centros distintos en Donostia con todo lo que ello supone, de organización y pérdida de energía. Se llegó a la formulación de un proyecto de sede, se hizo un concurso público, el jurado fue plural y se tomaron los acuerdos por unanimidad. Ese proyecto se ha hecho después de ver las necesidades de Musikene; no se ha inventado. Y se ha hecho conforme a los preceptos de la ley, lo que la ley exige mínimamente para un centro de esta naturaleza. Hay que darse cuenta de que un centro para una enseñanza musical superior tiene unas exigencias arquitectónicas determinadas de insonorización que lo hacen muy singular. Nadie ha disparado el presupuesto; los veintitantos millones se han elevado a 39 porque ha tenido que hacerse, a instancias de la normativa urbanística, dos pisos subterráneos, bajo rasante, para albergar los equipamientos, el estacionamiento de vehículos... Por eso ha subido el coste, pero eso ya estaba asumido por el Gobierno Vasco y consignado el dinero.
¿Es Musikene un centro "esnob", con sueldos desorbitados y condiciones extravagantes?
De eso no hay absolutamente nada. Lo que digo es que se compare Musikene con centros similares y no con lo que puede costar un alumno en la Universidad, porque sus ratios son muy diferentes. Compárese Musikene con instituciones de naturaleza semejante como pueden ser conservatorios superiores de música de toda Europa, como la Esmuc de Barcelona o el Conservatorio de Madrid.
Cuando ejerció como coordinador, ¿qué aspectos procuró corregir?
Yo intenté racionalizar el gasto porque había cuestiones que no estaban bien determinadas en cuanto a la retribución de los profesores, y fundamentalmente en el tema de viajes. Ahí se racionalizó, se hizo un cálculo individual de los desplazamientos. Yo lo que quise es que Musikene tuviera una proyección social más grande de la que había tenido. A lo largo del año, se producen más de 150 actuaciones públicas, conciertos. Intenté aprovechar al máximo los recursos de Musikene para que tuviera una función pública: devolverle a la sociedad el esfuerzo que estaba haciendo.
¿Cómo se puede visualizar esa "devolución"?
Se hizo un sello discográfico propio. Y las publicaciones, la edición de manuales pedagógicos, que no existen en otros sitios, la publicación de trabajos de fin de carrera, de investigación. Todo eso, como el sello discográfico y la ópera Juan José se ha hecho con financiación buscada aparte de los presupuestos de Musikene. Me parece una contradicción tremenda pretender que Donostia sea declarada en 2016 ciudad de la cultura europea y estar en estos líos, cuando es un equipamiento de primer orden cultural, y eso lo sabe muy bien el Ayuntamiento de Donostia y el alcalde, Odón Elorza.
Coincidió con la actual coordinadora cuando Rodríguez Suso era una integrante más del Patronato. ¿Ya entonces expresaba su oposición?
Yo apelo a los responsables de los Patronatos anteriores, a los ex consejeros de Educación Anjeles Iztueta y Tontxu Campos para que salgan a la opinión pública y pongan las cosas en su sitio. Esta señora es la única que ponía pegas en las reuniones del Patronato. Mil veces le he dicho que si le parecía insuficiente la documentación que se entregaba, que tenía las puertas abiertas en Musikene para hurgar e informarse. No he tenido el placer de recibirla en ese sentido. No sé qué es lo que está pasando, pero se está haciendo un daño gravísimo a la institución. Toda la comunidad educativa está soliviantada, estupefacta, y no comprende lo que está sucediendo.
¿Considera que el departamento de Educación ha escogido a Rodríguez Suso para desarrollar este plan?
Eso es lo que yo no sé. He intentado hablar con la consejera varias veces, todavía no he tenido la oportunidad. Pero me temo que le haya dado gato por liebre. Preferiría, desde luego, pensar eso. Yo conozco a Isabel Celaá y no es una mujer que entre de esta forma en una institución, eso sí lo puedo asegurar.
¿Diría entonces que esto es un caso más de gestión personal que una decisión política?
Eso parece. Pero, claro, hay que ser responsable con lo que se hace y con el daño que puede causar. Decir que ahora se va a redimensionar Musikene, que antes no estaba dimensionado es una falacia como un templo, cuando precisamente el horizonte de Musikene es su pleno funcionamiento era del orden de 500 alumnos: es la medida idónea para la máxima rentabilidad de estas institución y se iba realizando paulatinamente a través de las convocatorias anuales de la oferta educativa.
¿Qué le sugiere la última convocatoria de plazas?
Me asombra que la oferta educativa se haya reducido un 50%, con 14 especialidades que no se ofertan, creando un vacío que no sé como se va a llenar. Es algo terrible.