Barcelona. La cantante y actriz Najwa Nimri publica mañana, 23 de febrero, su cuarto álbum de estudio, El último Primate (Warner), en el que recrea su particular imaginario, onírico, animal y romántico y que suena, según sus propias palabras, como "un romance con Lucifer, con el mal". Nimri se atreve por fin con el español, algo que llevaba pensando desde hacía años -incluso había amenazado con emular a Mala Rodríguez pero desistió porque el rap no era lo suyo- y ahora reconoce que le hacía falta "confianza y muchísimo trabajo" para dar este paso.

Lo suyo es el amor, pero un amor a lo natural y a lo extraño, algo propio del Romanticismo. "Mis letras siempre buscan reflejar ese sentimiento de desapego de lo natural, de la lucha contra el todo y de añoranza de lo simple", añade la cantante.

Pero Najwa Nimri no es sólo actriz y cantante, también es personaje. Eso se debe, en gran medida, a unas facciones y nombre exóticos. De hecho Najwa significa éxtasis en árabe y su voz es muy peculiar, marcada por los tonos graves y los susurros. "Lo que me permite lo de mística y enigmática, que es un papel bastante pesao, es poder pasar de un montón de cosas y no tener que dar las gracias todo el puñetero rato ni resultar simpática", aunque añade: "El carácter no es más que una pose, y no sé qué soy en esencia".

Sin embargo, Nimri también reconoce que debido a su imagen de femme fatale ha perdido papeles en el cine, "sobre todo comedias", algo que no debe preocuparle pues ha sido candidata a los Goya como actriz dos veces. Sin ir más lejos, Najwa tiene 4 películas pendientes de estreno, de directores como Achero Mañas o Ken Loach.

Sin embargo, a sus 38 años de edad, lo de envejecer no le preocupa en absoluto a la actriz. "Nunca he sido una sex symbol, si lo que has vendido siempre son unas tetas el paso del tiempo es algo muy duro que llevarás muy mal; no es mi caso, yo tengo garantía y longevidad, mi carrera es a largo plazo y tiene que ver con el trabajo", recalca.