"Este año me he prometido a mí misma no volver a ver ¡Qué bello es vivir! Intentaré resistir la tentación de asistir esa fabulosa escena de amor con teléfono de por medio; de sufrir con George Bailey despiadada maldad del señor Potter; y ver cómo sería la vida en Bedford Falls sin nuestro héroe. Me he propuesto un menú navideño diferente".
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