vitoria. De su estatura a su verbo. Todo es excesivo en Loquillo, José María Sanz, barcelonés de 1960. Y así lo confirma la caja antológica que recopila sus primeros 30 años de carrera. En total, son cinco discos que agrupan un centenar de canciones, entre éxitos junto a Trogloditas, su vertiente más poética, duetos, temas inéditos... Y tres DVD, con 42 videoclips, imágenes de archivo de TVE y el documental Leyenda urbana. Por cierto, la caja se titula Rock and roll star (Warner). ¿Podría haber otro nombre mejor elegido?
Estos días aparece en todos los medios, hasta en los generalistas como las televisiones.
Siempre he pensado que el de las televisiones es un mundo muy extraño (risas). Por eso, no hago preguntas, sólo me sorprendo.
¿Puede que empiecen a valorar el verdadero papel cultural que ha tenido el rock en las últimas décadas?
No creo. Sigo pensando que el rock es una cultura excluida. Y en ocasiones no sé si pensar si es bueno o malo porque me parece bastante más interesante lo que hace Barricada en el panorama del pop actual. El mundo del rock se mueve y busca, lo que le hace ser diferente.
Y en el caso de Barricada, su último disco está vendiendo bastante bien.
Es alucinante que muchos periódicos, digamos que progresistas, pongan a Alejandro Sanz en portada y no lo hagan con Barricada. Es que es un ejercicio de memoria histórica y de honradez increíble. Eso les honra, como el resto de su carrera, por cierto. La gente del rock buscamos cosas siempre, lo que nos hace estar en contacto permanente con la realidad.
El libro que acompaña la caja se abre con una frase de Evelyn Waugh que dice "no poseemos nada con certeza, excepto nuestro pasado".
Retorno a Brisehead fue una serie de televisión que se estrenó cuando empezamos a trabajar nosotros. Es un libro fundamental y tiene mucho que ver con lo que somos. Al fin y al cabo, esta caja no deja de ser dar dos pasos atrás para el siguiente, el de adelante. Primero recopilas, después reflexionas y, más tarde, actúas.
Si la vida es eterna en cinco minutos, que diría Jara, ¿tres décadas han sido tan vertiginosas como parecen desde fuera?
Creo que es la trayectoria más importante de un artista español de mi edad, de mi generación, por el número de discos lanzados. En segundo lugar, es muy reseñable que he estado arriba y abajo, nuevamente arriba y abajo varias veces. Ese es el recorrido de la vida de cualquier persona.
Estar abajo sirve casi siempre para reflexionar.
Sí, para aprender. Y cuando estás arriba, hay que disfrutar (risas).
Dicen que con el éxito se piensa menos, ¿es así?
Creo que hay vivir el momento intensamente. Como sabes, mi historia es muy emocional, muy pasional e intensa.
¿Cómo se ve mirando hacia atrás, al ver a ese chaval adolescente y retador de la portada de esta caja antológica?
Lo que veo es que el rock ha sido una escuela de vida en mi caso. Gracias a él he aprendido muchas cosas que no habría aprendido de otra manera. Cuando no he sabido algo, lo he preguntado, me he puesto un reto. Ha sido una escuela de vida porque no habría hecho discos de poetas si antes no hubiera conocido a Brassens. Sin él, no habría descubierto a Yves Montand... y así, sucesivamente. Cada momento de mi vida ha sido un paso adelante para aprender a hacer otras cosas.
Tiene una canción bandera titulada "Siempre libre". Imagino que sigue vigente en su repertorio.
Bueno, defiendo que, cuanta más edad se tiene, más libre se siente uno. Básicamente, porque puedes decir lo que te da la gana (risas).
Eso lo ha hecho casi siempre.
A estas alturas del partido y de la vida de uno, sabes muy bien quién eres, cuáles son tus defectos y tus cosas buenas. Llega un momento en el que no tienes por qué dar explicaciones a nadie.
Y las medallas también le importan un comino.
Exacto. Estoy en un momento en el que voy a empezar la madurez artística. Con Balmoral, mi último disco, cerré una etapa y lo que vendrá a partir de ahora será otra película.
Su manifiesta tozudez y tenacidad le han ayudado a mantenerse tres décadas. ¿Pero habrá algo más?
Lo que he tenido siempre, y lo sigo teniendo, son ganas de trabajar y de seguir aprendiendo. Y muchas ganas de superación personal.
Antes había editado otras recopilaciones, pero ninguna tan completa como la actual.
Las anteriores eran lo que yo llamo parte del negocio de la música. La única que asumo es la actual, ya que ofrece toda mi carrera, la rockera, la del jazz, poetas, duetos, inéditos...
Están representados los diferentes Loquillos.
Es el concepto real de lo que soy. Nunca se ha hecho algo semejante con un artista nacional. El público que me considera sólo un cantante de rock se pierde muchas cosas. Yo tengo otros personajes.
El producto es muy lujoso para los tiempos de crisis que corren.
Es la única forma posible de presentar toda la obra de un artista. Es como debe ser. Para mí, los discos son obras, no trozos de plástico. Esto es un oficio.
No sólo hay música, sino tres dvd. Si el rock es actitud, ¿con la imagen se proyecta más fácil aún?
Yo crecí con artistas cuya imagen era su carné de identidad. Es así, soy de esa generación. Soy un artista puro siglo XX (risas).
En el dvd de los archivos de "TVE" se le ve haciendo playback en "Aplauso".
Me parece algo cojonudo, te aseguro que nos divertíamos un montón.
Lo políticamente correcto es apoyar las descargas musicales. Usted no lo hace.
Sólo les digo a los internautas que vayan a la SGAE y pregunten cuántos artistas que dicen que están en contra de las descargas no han querido cobrar el canon. La gran mayoría de ellos lo han hecho. Estoy a favor de métodos como Spotify, que permite escuchar los discos sin bajarlos ilegalmente, para luego, si te gustan, comprarlos. Es lo que hacíamos de jóvenes con los audífonos.
Creo que el horizonte de Loquillo está repleto de proyectos. Y de todo tipo.
Está por ahí un documental feminista, Vindicacion, de Susana Koska (su pareja), en periodo de producción, mi segundo libro (Los muchachos del verano) y el disco sobre poemas de Luis Alberto de Cuenca. Y todo autogestionado. Es la mejor manera de no tener que deber nada a nadie. Esa es mi manera de trabajar, teniendo a John Cassavetes como referencia, que hacía películas comerciales para costearse proyectos independientes. El libro saldrá en abril y es una continuación de El chico de la bomba. Tengo un proyecto de tres volúmenes y tiene mucho que ver con la historia del país. Para el disco están las maquetas ya hechas, sólo hay que grabar.