"Lo que sí tengo hoy claro es que, por justicia poética y después del "Indhirazo", es Arturo quien debe salir de esa casa. Pero a la voz de ¡ar! y mucho antes que cualquier otro patético aspirante a ganador de una edición, esta undécima, que empieza a ser algo así como La historia interminable en su versión chunga y soporífera. ¡Adiós, Arturito, adiós! Por cobarde. Por machista. Por egocéntrico. Por creído. Por maleducado. Por rollizo".
"Cuando nos ponen alguna noticia de sucesos, lo que de verdad queremos ver es una versión compactada de CSI o de Canción triste de Hill Street. Con la salvedad de que a la televisión le sale mucho más barato un protagonista anónimo por episodio que una panda de actores. Con el problema de que la realidad, muchas veces, es una guionista mediocre. Por eso necesita que los que la cuentan, la mejoren con la puesta en escena".