La firma en el contexto del graffiti es la marca personal de un graffitero. Al principio, cuando esta forma de arte urbano comenzó a finales de los años 70, la firma tenía un propósito simple: identificar al artista y dar a conocer su presencia en el espacio urbano. Estas firmas eran iniciales o palabras escritas de manera clara y sencilla.

Con el paso del tiempo, la evolución del graffiti condujo a que las firmas adquirieran mayor complejidad y estilización. Los graffiteros iniciaron el desarrollo de estilos personales, experimentando con formas, letras y ornamentos, convirtiendo sus firmas en obras de arte autónomas. Estos tags evolucionaron más allá de su función inicial de identificación, mutando en expresiones artísticas distintivas y codificadas que reflejan la creatividad y la habilidad del graffitero. Así, la firma en el graffiti se revela como una manifestación única y reconocible del artista en el paisaje urbano. La firma representa la identidad encapsulada del artista, como declaraba el artista urbano Banksy.

La exposición Microestados en Zas Kultur nos sumerge en el viaje estilístico del artista Juan Andrés Arias Rueda –conocido por Okre– más allá de sus inicios en el graffiti. En esta muestra, Okre transforma su firma en una expresión tridimensional que se entrelaza con los movimientos geométricos de vanguardia del siglo pasado. La transición de Okre a Arias cobra vida en Microestados.

La deconstrucción, piedra angular de su proceso creativo, impulsa la transformación de su firma, ahora liberada de la bidimensionalidad y saltando al espacio tridimensional. Este proceso, que encuentra resonancias en campos tan variados como la arquitectura o la gastronomía, se manifiesta en los trabajos de Arias. Similar al proceso culinario de descomponer y reinterpretar platos, el artista busca jugar con los límites de su firma. En palabras de Duchamp, “el arte es la única manera de huir sin salir de casa”. El uso aparentemente paradójico del papel como medio escultórico resalta la ligereza del material, que, sorprendentemente, genera una presencia visual con peso.

Arias explora el bajorrelieve, fusionando pintura y escultura. Sus obras demandan una observación detenida para apreciar la estructura tridimensional de la firma Okre. La luz juega un papel crucial, revelando sombras y formas, recordando las palabras de Leonardo da Vinci: “La luz crea sombras, y sombras crean formas. En ese juego, la verdadera esencia se revela”.

Su elección de evadir referencias naturales, optando por módulos geométricos, es un link a los movimientos artísticos de las vanguardias históricas como el suprematismo. Esta aproximación rescata el graffiti de las calles urbanas para posicionarlo en el terreno de la estética contemporánea. Desde los orígenes del graffiti hasta las paredes de una galería, Microestados se presenta como un tratado visual que inscribe las huellas de la vanguardia en las capas de las bases del arte urbano: la firma.